La nueva sex symbol

Puede que sea una despiadada asesina, mala actriz, mentirosa, manipuladora, ojeta e incongruente, pero Lizette Farah, madre de la increíblemente fallecida niña Paulette, se convirtió ya en un símbolo sexual.

Desde que este desafortunado caso policiaco salió a la luz pública, la que robó las miradas, incluso por encima de la víctima, fue la señora Farah, quien con su incapacidad para llorar convincentemente y su absoluta falta de honestidad, acaparó la atención de los medios de comunicación y de una bola de babosos calenturientos que la ubicaron de inmediato bajo la etiqueta de M.I.L.F. (les debo la traducción, es demasiado, ahí googléenlo)

La ruca ésta ni siquiera es guapa, mucho menos simpática, pero según la opinión popular, Lizette Farah sí está sabrosa, no será Ninel Conde, pero tiene algo. A eso hay que añadirle el hecho de que es la villana de la película, lo que es más o menos sexy.

No sé, yo por lo pronto ya inicié en Twitter un movimiento llamado #lamamadepauleteenHextremo (para esas tonterías sí sirve el Twitter), cuyo único fin es satisfacer los deseos enfermos de fama de esta presunta homicida (cabe recordar que estuvo en calidad de “indiciada” ante las autoridades), porque es obvio que ella lo único que busca es un poco de atención.

Tan retorcido es este mundo, que ya fueron varios los que se sumaron a la causa.