martes, 27 de diciembre de 2011

Ahí está su Navidad

Un hilo aguado de moco escapa de la fosa izquierda de mi nariz y se escurre sobre mis labios hasta llegarme a la barbilla, negándose a replegar con esa molesta aspiración desesperada que acostumbra el catarroso promedio cuando no hay kleenex a la mano. Los ojos se me cierran solos y dejo de sentir los dedos de mis manos sobre el volante, esperando la luz verde del semáforo.

Mientras maldigo el que se haya prohibido la seudoefedrina en los antigripales por culpa de Zenli Ye Gon, el pinche chino que usaba esa sustancia para fabricar chochitos vaciladores, una niña de aproximadamente ocho años de edad se aproxima a mi ventana con la mano extendida y la palma abierta, en busca de un poco de caridad navideña.

Sin percatarme de su presencia, mi rostro se contrae ante la inminente expulsión de medio litro de flemas en un estornudo tan violento como lo sería un Zeta con bazuca. Para no estropear mi visión y manchar el tablero, volteo la cabeza a la izquierda para dejar salir toda la furia de un catarro mutante, misma que sin querer termina en la pobre pequeña que en ese momento posicionaba sus deditos en la puerta del vehículo.

Con un semblante entre asco y sorpresa, cayó fulminada sobre el camellón con la cara enchiclosada, al tiempo que el semáforo me daba el permiso para huir impune.

¡Chá!

jueves, 22 de diciembre de 2011

¡Come plomo, hijo de perra!

Un pinche balazo más y esto sería Boca del Río, Veracruz.

martes, 20 de diciembre de 2011

¿¡Qué tranza Mijares!?

La luz de la luna caía a pleno sobre las tranquilas calles de la ciudad. El primer domingo de vacaciones navideñas comenzaba a despoblar el caos cotidiano y la noche se hacía perfecta para recorrer Reforma tranquilamente en automóvil, sin el riesgo de quedar atrapado en la inmovilidad eterna de los recorridos diurnos.

De pronto, ¡ah cabrón! Pasando Insurgentes surge una pequeña multitud que cruza de acera a acera intempestivamente, rompiendo la monotonía de la tranquilidad urbana decembrina con su andar a pie en medio de la noche. Algo en sus rostros hacía pensar que un suceso de relativa importancia se estaba desarrollando en las inmediaciones del Monumento a la Revolución.

Tranquilamente me doy la vuelta y me estaciono sin pedos en la calle de Lafragua. Unos pasos después, caigo en cuenta que ese pequeño cúmulo de gente está presenciando el concierto gratuito de Mijares, justo en donde hace tres semanas Britney Spears puso de cabeza a la capital entera.

Luego de pasar entre las 30 señoras que estaban aplaudiéndole y al ver sobre el escenario esos inentendibles intentos de pasos de baile, surge la duda de saber por qué Marcelo Ebrard promovió un concierto al que nadie iría. ¿Será que a la señora Rosalinda Bueso le gustan sus canciones? ¿O él también está atrapado en los ochenta?

¡Chá!

jueves, 15 de diciembre de 2011

Descanse en paz

El recuerdo más antiguo que tengo en mi atrofiada memoria es haber estado en mi andadera, bajo el cuidado de mi tía Anita (así le decía yo), jugando en un corredor para luego correr a todo lo que mis zambas patitas daban rumbo a una escalera, de la que caí de frente y cuyos escalones dejaron una cicatriz y un chipote que aún conservo en mi cabeza.

De esa, la primera de tantas heridas que tuve en mi infancia, decía mi tía que me harían fuerte si es que no me mataban, porque fueron varias las veces que me le caí por escaparme a su vigilancia, misma que estaba enfocada en mayor proporción a su tejido, por eso es que a mis veintitantos años tengo ya achaques y el cuerpo me truena todo.

Por culpa de su comida es que ahora rehúyo a las tortillas y odio los nopales, a pesar de que nací en la delegación Milpa Alta. También es su casa responsable de mi temor a la oscuridad y mi desagrado por los espacios abiertos. Sin embargo ella fue la que me cuidó cuando nadie más tenía tiempo de hacerlo, la que me atendió cuando me enfermaba (que era a cada rato) y a la que en gran parte le debo lo que ahora soy, aunque no haya mucho que presumir.

La mañana de este miércoles falleció Ana María Salcedo Pacheco, mi segunda madre, a quien ya no pude decirle adiós por haber madurado (quesque) lejos de ella.

martes, 13 de diciembre de 2011

¡Ya págales cabrón!

El ex gobernador mexiquense, aspirante a la Presidencia de la República, muñequito de aparador, mirrrey y marido de la Gaviota, Enrique Peña Nieto, ya no es el único político mexicano que ha escrito más libros de los que ha leído, porque Mario Delgado Carrillo, actual secretario de Educación del DF y aspirante a jefe de Gobierno capitalino, le viene pisando los talones en ese rubro.

En días pasados demostró que no desentona cuando de demostrar su ignorancia literaria se trata, al confundir a Mario Vargas Llosa con Gabriel García Márquez como autor de 100 años de soledad (referencia más que choteada, por cierto) cuando Joaquín López-Dóriga le puso un cuatro en su noticiero radiofónico.

Para enmendar ese error y pararse el cuello de cara a las elecciones del próximo año, el perredista de ojos soñadores presentará en los próximos días su libro titulado 100 propuestas para la ciudad, en el que, como su nombre lo dice, explicará cómo pretende gobernar esta madre en la que vivimos.

Lo malo es que él no es el autor de dicho texto, ya que, como muchos otros, contrató a alguien que sí sabe escribir para hacer el trabajo sucio. Lo peor es que además no les ha pagado, porque no es uno sino varios los colaboradores que desde hace medio año no ven la luz.

¡Yo por eso mejor escribo de puras mamadas!

lunes, 12 de diciembre de 2011

¿Dónde te agarró el temblor?

En calzones, con mis pantuflas de pata de dinosaurio, dos días sin bañar, cubierto de moronas de pan y migajas de papitas, con un pomo de mezcal a medio chupar al lado y el control remoto de la televisión malabareando en mi mano derecha, mientras la izquierda rascaba una parte privada de mi anatomía, estaba yo el sábado por la noche cuando… ¡No mames! ¡No mames! ¡No mames!

“¿Está temblando?”, pensé yo. “¿O será las pinches drogas?”, consideré después. Pero cuando un envase de caguama vacío se rompió en el piso por el bailoteo de la mesa, supe que era la madre tierra la que estaba gorgoreando debajo de mis pies. Pensé en salirme a la calle, siguiendo los lineamientos que dicta Protección Civil, pero luego caí en cuenta que los vecinos me verían con un atuendo un poco inadecuado.

Me paré en chinga (que, como dice Polo Polo, quiere decir “muy rápido”) de aquel sofá para buscar algo con qué cubrirme, pero tropecé con una prostituta inconsciente acostada en el piso y me fui a dar un chingadazo contra la pared. Medio noqueado y con todo moviéndose alrededor, logré ponerme una bata y unos tenis para abandonar el edificio, ya cuando el pinchi temblor había pasado.

Apuesto a estas situaciones no los tiene contempladas el doctor Elías Miguel Moreno Brizuela cuando arma sus macro-simulacros en el Gobierno del DF.

¡Chá!

jueves, 8 de diciembre de 2011

Los libros malditos

Hace 30 años, México era gobernado por un doctor en derecho que prometió que iba a defender nuestra moneda como un perro y al peso se lo terminó cargando la reata; luego vino un gran aficionado al teatro y la literatura, que hasta ahora ha sido el Presidente más chafa de la historia; para dar paso a un güey que estudió en Harvard y que terminó zurrándose en el país; teniendo cono sucesor a un cuate que actualmente da clases en Yale y que pasó a la historia por no tener cambio en los bolsillos.

¿Qué tienen en común José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo? Que seguramente han de haber leído un chingo en sus carreras, pero eso no los hizo, ni remotamente, buenos gobernantes. No es que Enrique Peña Nieto, Ernesto Cordero o Mario Delgado, este último el más lelo de los tres sólo por ser secretario de Educación del DF, estén disculpados por su incapacidad para citar a los autores de los libros que hayan leído (aunque sean éstos lugares comunes), es simplemente que la clase política, culta o no, vale para pura madre.

Ahí está Vicente Fox, que se tituló poquito antes de ser el preciso, o Andrés Manuel López Obrador que sacó puro siete en la universidad, quienes sólo demuestran que los políticos apestan porque sí, por ser políticos.

Es decir, ni Enrique Krauze, José Joaquín Blanco o Luis González de Alba, están interesados en gobernarnos porque están muy ocupados escribiendo los libros que los funcionarios públicos no leen. Ahí tienen a Mario Vargas Llosa, cuyo Premio Nobel de Literatura vale madres sólo por el hecho de haber perdido con Alberto Fujimori en 1990 la Presidencia de Perú (¿De dónde creen que es Laura Bozzo?).

¡Uts!

martes, 6 de diciembre de 2011

Clasismo al revés

Entre proletarios y asalariados de mierda, este país parece estar orgulloso de pertenecer a las clases bajas, de no ser del grupo de aquellos con privilegios o que ostentan el poder, bajo la creencia milenaria de que ser rico es malo, sólo por el hecho de que tener más que los demás es inmoral en un país de jodidos, aunque sea algo que todos buscamos.

Hace unos meses, cuando Azalia Ojeda, ex Big Brother y ex elemento de la ASE, insultó a un pobre tira de Polanco, todos se ofendieron por el uso despectivo del término “asalariado”, autoasumiéndose como uno de ellos, aunque no lo fueran. Lo mismo pasó semanas atrás, cuando un junior a bordo de un Lamborghini Gallardo de pocamadre baleó un antro porque no lo dejaron entrar, provocando que lo crucificaran no por su acto, sino por el hecho de tener dinero para comprarse un auto así. Igual con los tenis de 11 mil varos del hijo de Andrés Manuel López Obrador.

Ahora bien, en el caso de Paulina Peña ocurrió lo mismo: se ofendieron más por el uso de la palabra “prole” que por “pendejos”, empleadas por igual cuando la joven trató de defender a su padre, Enrique Peña Nieto, de las burlas generadas por el tropiezo que tuvo en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde dejó en claro que no lee ni el reverso de las cajas de cereal.



¿Así cómo quieren?

Con mochila al hombro, actitud relajada y la reglamentaria camisa de los Pumas para evidenciar a qué escuela pertenecen, tres jóvenes estudiantes universitarios se presentaron en la sede nacional del PRI a entregar un paquete de libros y una carta, en la que se le solicita a Enrique Peña Nieto, aspirante a la Presidencia de la República, no ser tan güey y ponerse a leer.

Acto representativo y un poco ridículo fue el que llevaron a cabo René González, Marco Masías y Fernando Corzo, para echarle todavía más en cara el cagón que tuvo el fin de semana pasado en la Feria del Libro de Guadalajara, cuando no supo responder cuáles son los tres libros que más lo han influenciado en su vida, cosa de la que nos hemos cagado de risa hasta el hartazgo.

Sin embargo, el golpe hubiera sido más efectivo si uno de los textos que le mandaron leer no fuera la basura apestosa de Muertos incómodos, escrita por Paco Ignacio Taibo II y el Subcomandante Marcos, el cual cuenta la historia de un crimen por resolver en Chiapas (¿dónde más?) y cuyo protagonista es un indígena caricaturesco con aspiraciones al Sherlok de Arthur Conan Doyle.

El otro título correspondía a una novela del periodista y escritor mexicano Luis Spota, fundador del Consejo Mundial de Boxeo, de quien sólo tengo buenas cosas que decir... por eso no diré nada.

¡Chá!


viernes, 2 de diciembre de 2011

Hecatombe en el Ragga

Que se voltea un güey y que me dice: “Hola, soy Iker, primo de Gustavo y amigo de Iñaki, ¿cómo has estado?”, al tiempo que me ofrecía la mano en saludo, la cual yo estreché cortésmente al decir: “Pus’ yo soy cuate de un güey y primo de otro cabrón, ¿qué tranza?”, para luego seguir bailando con Claudio Yarto, conocido rapero y madreador de ex novias, quien en ese momento ya estaba hasta su madre y le pedía al conjunto musical, liderado por el antes homosexual hijo de Lupita D’Alessio, que tocara una de sus rolas.

Así es el ambiente en el Ragga, un club nocturno de pocamadre en Polanco, al cual sólo entra lo más acá de lo más acá y donde me pude colar gracias a que le dije al de la puerta que yo era el de los hielos. Una vez del otro lado de la cadena, pude voltearme a pintarles cremas a la bola de mirrreyes que seguían reclamando su nombre en la lista de honor.

Ya adentro, intenté ligarme a Leonardo de Lozanne, porque la verdad está más bonito que Montserrat Oliver, aunque sea bato. Como no se armó, tuve que pegármele a Daiana, mejor conocida como “Lo que se andaba comiendo Kalimba”, para ver si aflojaba algo, pero como a mí no me gusta la carne de gato, me le fui después de 15 cubas y dos harinazos.

En tanto, una cabellera rubia se meneaba al ritmo de la música al fondo, en donde no cabía una sola alma más y todos los presentes se empujaban para llegar a ella, la reina de la noche, quien apenas dijo “hola” al llegar y cuya sola presencia fue capaz de provocar el caos: Pamela Anderson.

Que le aplico la de “yo sé que tú y yo nada que ver, pero… ¿qué tal ahora?”, aunque la rubia siguió en su pedo bailando sobre sus rodillas y sin soltar su vaso, mientras los organizadores y guardaespaldas solicitaban a fotógrafos y camarógrafos que se alejaran de ella, en lo que la música cambiaba de los ochenta a la generada en una tornamesa por un DJ, en cuyos alrededores.

Afuera del lugar, un centenar de personas seguía hasta las dos de la mañana en espera de una oportunidad para entrar y verla a ella y a las playmates nacionales, aunque sea de lejos y entre el tumulto. Al salir y pintarles cremas por segunda ocasión, les dije a los que aún esperaban que ni estaba tan chido adentro.

¡Salud!


martes, 29 de noviembre de 2011

George Harrison

Ovnis en el Edomex

Es una estrella de seis picos, rodeada por un círculo perfecto dentro de un rectángulo del tamaño de una cancha de futbol, lo que apareció en un campo de cebada la madrugada del jueves en el Ejido Casablanca, en el municipio de Hueypoxtla, Estado de México, lugar al que se llega después de dos horas de manejar sobre terracería y a través de pueblitos en la frontera con Hidalgo.

El domingo pasado estuve ahí toda la mañana, con el fin de ser testigo de lo que para muchos es un fenómeno provocado por seres de otro planeta, ya que esta figura es muy similar a las que se registran durante la primavera en la Gran Bretaña, en donde los cultivos de trigo y avena sirven como lienzo para crear imágenes que únicamente son posibles de diseñar desde el aire, sólo que, en este caso, de una complejidad bastante menor.

Al igual que los de la campiña inglesa, el tallo de las plantas fue doblado desde el ras del piso y aplastado para crear un efecto de relieve y hacer visible esta estrella que se sitúa en el costado de una subestación eléctrica perdida en medio de la nada, de la cual nos esteramos sólo porque, coincidente y sospechosamente, queda muy cerca de donde un avión del Ejército tuvo que aterrizar de emergencia el viernes, por causas que aún la Secretaría de la Defensa no ha querido explicar.

Todos, absolutamente todos los pobladores de Hueypoxtla saben dónde están las figuras que presumiblemente fueron hechas por extraterrestres en el predio. No es raro ni nuevo que ese tipo de fenómenos ocurran en las cercanías de su reducida comunidad, ya que constantemente son testigos de extrañas luces en el cielo y desde hace varios años.

Ellos creen que, efectivamente, fue obra de seres de otro planeta y juran que no es sólo un truco para atraer visitantes a ese paraje semi olvidado por la mano del creador, donde no hay nada más que movilice a esas cientos de personas que han peregrinado desde el viernes a tomar fotos, muestras y, en algunos casos, a realizar estudios al terreno para registrar todo rastro de campo electromagnético o radiación, que sirva de prueba para evidenciar que no estamos solos en el universo.

Hasta ese sitio perdido en el Estado de México llegó el equipo del investigador y periodista Jaime Maussan, quien prometió que en las próximas semanas tendrá listo un reporte con los resultados de todos los exámenes practicados a la zona, confirmando o desmintiendo que hayan sido alienígenas los autores materiales de la gran estrella y otras figuras menores que ahí se encuentran acordonadas con cinta amarilla.

¡Órales!


jueves, 24 de noviembre de 2011

El semental italiano

Rebasando en Periférico Norte en tarde de asueto, de esos días en los que nadie me merece, en los que si voy a pedírselas a Salma Hayek igual y sí me las da, andaba yo a bordo de una camioneta blanca tipo narco de pocamadre, cuando un vehículo que resplandecía en amarillo chingamelaretina convirtió mi estado de ánimo en el pañal de un recién nacido.

Rebosante en poder, con su motor V8 escupiendo humillación por el escape dual, sus 400 caballos de fuerza mentándome la madre a 6 mil revoluciones por minuto, un Ferrari GT 360 pasó a mi derecha, por el carril de baja el muy perro, dejándome ahí como niño africano viendo alejarse un taquero.

“¡Ah no cabrón!”, dije, “¡a mí no me sometes hijodetuchingadamadre!”. Y que le meto para irme detrás de él, sólo para pintarle cremas al conductor, con el fin de demostrarle que no porque él cague dinero yo me voy a sentir menos. En eso estaba, cuando a mi izquierda pasó con la agilidad de la gimnasta Cynthia Valdez otro Ferrari, de color rojo y todavía más chingón.

Era un 599 GTB Fiorano, nuevo de paquete y sin un solo patinón de mosca, el que con sus 355 kilómetros por hora de velocidad máxima y dos por cuadra en rendimiento de viejas levantadas, nuevamente me hizo sentir como Manlio Fabio Beltrones en las encuestas frente a Enrique Peña Nieto.

¡Chá!


miércoles, 23 de noviembre de 2011

¡Méndigos güebones!

El parabrisas de la camioneta parecía sacado de las páginas de la sección policiaca de algún diario de Morelia, Juárez o Acapulco. Los restos de millones de insectos parecían esparcidos, embarrados y solidificados en el cristal, producto de los kilómetros de carretera que el vehículo recorrió en el puente de fin de semana revolucionario.

“Ahorita me lo limpian”, pensé inocentemente al arribar finalmente a la Ciudad de México, con la confianza de saber que cada esquina está equipada con un competente grupo de limpiaparabrisas que hasta matarían a su madre con tal de conseguir una moneda, más aún por un trabajo que ameritaría una de hasta cinco o diez pesos.

Avenida Chapultepec era el sitio preciso para aclarar mi visión. Al prenderse la luz roja, se desplegaron como escuadrón antisecuestros de la PGJDF en operativo, buscando algún distraído que no se les negara el servicio con el dedito sobre el volante. Sin embargo, al llegar hasta donde me encontraba esperándolos, vieron la complejidad de su tarea y mejor se hicieron güeyes, pese a que claramente requería de sus talentos.

Uno tras otro le dio la vuelta a los mosquitos hechos caca sobre el cristal y aunque por única vez en su cerda vida no se les tratara con desagrado, se negaron. Al final, terminé yo haciendo su mugroso trabajo.

¡Chá!

domingo, 20 de noviembre de 2011

Una maldita joya

Esto pasa cuando el periodismo veracruzano se junta con el tabasqueño
...es casi poético



¡Agüebo!

viernes, 18 de noviembre de 2011

Peda en movimiento

Lo que empezó como un plan para organizar bodas y para evitar que la gente llegue tarde a este tipo de eventos, se convirtió ahora en el antro de perdición móvil más fabuloso e importante del mundo, quizás sólo por debajo de José José, a quien a pesar de tener años sin chupar, se le considera aún una destilería andante.

Por las noches se ve circular un autobús de color blanco atascado de luces de neón al interior, tocando música sólo dos rayitas debajo de la hemorragia auditiva, dando vueltas en Reforma y las colonias Roma y Condesa, haciendo paradas en los sitios emblemáticos de la ciudad; ese es el Bodabús.

Con una amplia variedad de bebidas en su barra libre, sólo comparable en pluralidad con el catálogo de pirujas de Rubén Abarca, este vehículo es la mejor opción para festejar una despedida de soltero, un cumpleaños, unos XV años, graduación, bautizo o cualquier tipo de fiesta que dependa del alcohol para ser amenizada.

Cabe destacar el éxito de esta empresa, conformada por mexicanos emprendedores y muy pedotes, pese a que la ley prohíbe ingerir bebidas alcohólicas en vehículos en movimiento, pues eso equivale a hacerlo en la vía pública, lo cual se considera una falta administrativa, sobre todo en una ciudad con un toque de queda a las dos de la madrugada como lo es esta.

¡Salud!

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Despídanse de Reforma

El paso hipnótico de un par de redondos pechos rebotando dentro de una blusa de licra de color negro, cuya propietaria presume al correr por las mañanas entre las jardineras que rodean el Museo Nacional de Antropología, es uno de los tantos atractivos turísticos que tiene esta ciudad y, muy en particular, del paseo de la Reforma; la avenida más bonita de todo el país, con sus plazas comerciales, monumentos históricos, flora, fauna y sus teporochos tan bonitos durmiendo en las bancas.

Es una lástima que perderá todo su encanto dentro de unos meses, ante la muy predecible impugnación y movilización que se vendrá cuando Andrés Manuel López Obrador vuelva a perder la Presidencia de la República, derivado del error que cometieron los perredistas este martes al designarlo candidato en vez de a Marcelo Ebrard, su figura más popular y simpática al exterior del partido, sin mencionar que trae mejor vieja, la cual sin duda lo abandonará en las próximas semanas, al saber que el jefe de Gobierno del DF ya sólo aspira a limpiarse los mocos en el Senado, cuando mucho.

Las flores, fuentes y exposiciones artísticas serán reemplazadas por carpas y tiendas de campaña de un supuesto movimiento de resistencia civil pacífica y en nombre de una “República Amorosa” (WTF?), que no hará más que llenar de caca Reforma, a pesar de que ayer mismo la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó multar con 20 días de salario mínimo y 24 horas de cárcel a quien no limpie las heces de su mascota.

El eslogan ya cambió y ahora podríamos decir que “estaríamos mejor con Marcelo Ebrard”.

¡Chá!

martes, 15 de noviembre de 2011

Luto culinario

Si en los últimos días han visto que la gente de la colonia Condesa, tanto población fija como flotante, tienen el ánimo decaído y las caras tristes, además de que se les ve considerablemente más delgados y ojerosos, no es porque sean víctimas de un extraño virus meritorio de un cerco sanitario por parte de la Secretaría de Salud del DF, sino porque simplemente no tienen qué tragar.

A principios de esta semana, los Tacos Gus, lugar emblemático en materia culinaria ubicado sobre la avenida Ámsterdam, a un par de cuadras del Parque México, donde se podían consumir los mejores de guisado del universo, aderezados con unas salsas que sólo podrían ser descritas con el calificativo de “pocamadre”, cerró sus puertas definitivamente a causa de un conflicto con los dueños del lugar donde se instalaban.

A partir de entonces, sus clientes han tenido que preparar su propio guacamole, generando más de un intoxicado, sin contar con el hecho de que muchos corredores han perdido su motivación por hacer ejercicio en los jardines de la Condesa, porque era el único lugar donde se podían encontrar tacos completamente vegetarianos y bajos en calorías.

Gus ya anunció que está en la búsqueda de un lugar donde reinstalar sus cazuelas de barro. Mientras tanto, el peregrinar de los antojeros continuará.

¡Provecho!


lunes, 14 de noviembre de 2011

Juro que yo no fui

Por medio de la presente quiero dejar muy en claro que el sujeto que la semana pasada hizo una intervención en el programa Hechos AM, que se estaba transmitiendo en directo desde la delegación Tlahuac con motivo del día de muertos, y le dijo “puto” a Jorge Zarza en cadena nacional, no era yo.

Se podrá parecer mucho a mí el güey y podrá vestirse igual a mí, pero juro por las cirugías plásticas de mi madre y las múltiples adicciones de mi hermano que yo no fui ese genio que irrumpió en ese mar de lugares comunes festivos para quebrar la monotonía con un insulto que dejó callado al conductor, a sus acompañantes y a las tres personas que los estaban viendo, porque el asunto no trascendió al público hasta que el video fue colocado en YouTube.



Hasta el carrito de camotes al que se enfrentó Joaquín López Dóriga la semana pasada en Guadalajara tuvo más eco y fama que este pobre chavo, cuyo único pecado fue llevar a cabo una genialidad en un programa sin audiencia. Para la otra que se lo haga a Carlos Loret de Mola o al elenco del Matutino Exprés, en su defecto.

Desde aquí, envío un saludo a ese gran maestro de la comedia, cuyo nombre aún no me lo sé, que ha confirmado que Azteca Noticas es un chiste, si no pregúntenle al reportero David Cuéllar, que se echó un clavado en un charco de aguas negras durante una inundación en el Estado de México, sólo para ejemplificar cuán recio había llovido en la madrugada.

¡Chá!

domingo, 6 de noviembre de 2011

Narcoguerra cibernética

Hace unos días, el colectivo de hackers cibernéticos autodenominado Anonymous le declaró la guerra al Cártel de los Zetas y anunció que revelaría los nombres de las autoridades y funcionarios coludidos con ellos, con el fin de destruir su red de corrupción y contribuir así al proceso de paz en el país, en una operación que se denominó #OpCartel.

Esos datos de los colaboradores del narco debían ser revelados el día de ayer, pero los capos respondieron secuestrando a uno de los activistas en el estado de Veracruz, con la amenaza de matarlo si no echaban atrás sus intenciones, cosa que al final terminó ocurriendo y los hackers cancelaron el operativo a cambio de la vida de uno de los suyos y la de su familia.

Lo anterior nos indica dos cosas. La primera es que el crimen organizado en México está muy cabrón y extiende sus operaciones más allá de lo tangible, tanto así que identificó y localizó a un contrincante anónimo, como el nombre de su organización lo hacía suponer, para después proceder a hacer lo que mejor saben: agandallar al bato.

La segunda es que los ciberjusticieros están re güeyes, por no prevenir la muy predecible reacción de los Zetas, de quienes sobra decir que son unos méndigos hijosdelachingada; era como quererle picar la cola a un león esperando que éste no te comiera.

¡Chá!

viernes, 28 de octubre de 2011

El Obelisco



En la penumbra, los cuerpos aguardan ansiosos por el sonido de la música para desencadenar toda su sensualidad con movimientos eróticos al frotarse unos contra otros. De pronto, un tornado de neón se enciende en el techo con el primer beat de las tornamesas y se abre una nueva sucursal del manicomio en esa pista iluminada con el ritmo… ¡Ay güey!

Se llama el Obelisco, en referencia al monolito fálico que se encuentra a unos pasos, en el cruce de Reforma y Campos Elíseos, justo al lado del Hard Rock Café, y no cualquier pinchi pelagatos entra ahí. Yo pasé al güey de la entrada porque iba junto al Potrillo Alejandro Fernández, a quien me encontré en el Oxxo comprando una bolsa de dos kilos de jabón en polvo Foca y le pedí que me invitara de su caguama.

Ya adentro, los dos litros de Bacardí continuos que me bebí de un florero hicieron que a Amy Winehouse y Charlie Sheen les faltaran manos para pellizcármela en materia de chupe. Al final, ya cuando tocaban La chica de humo de Emmanuel para correr a la banda, sólo José José y yo seguíamos de pie en la barra hablando con nuestros respectivos tragos.

Es una lástima que quizás hoy no abra porque a un menso en un Lamborghini naranja se le ocurrió balear la fachada ayer, pero qué culpa tengo yo de haberle bajado a su vieja la otra noche.

¡Salud!


miércoles, 26 de octubre de 2011

Desecho paranormal

Se oye un ruido en la sala. Ella se levanta de su silla en el comedor y camina hacia la puerta a ver qué es lo que pasa. Al no encontrar nada, regresa con el fin de retomar su lectura en la mesa junto a su café, pero al llegar no encuentra ni muebles, ni trastes, ni nada, pues todo se está pegado al techo, desde donde cae estrepitosamente por la acción de un demonio maldito que habita en la casa.

Esa escena en la película Actividad Paranormal 3 valió el que una sala de cine entera gritara y el que yo maldijera haber tomado un yogurt de ciruela antes de entrar. Al final, una vez que todo el mundo ya se murió (¡ay, como si no se la supieran ya lo que va a pasar en esa madre!), tuve que levantarme de la butaca y caminar con precisión quirúrgica para no evidenciar que el miedo se materializó en mis pantalones, con tan buena suerte de que al momento de la tragedia, el alarido de la multitud camuflajeó el sonido como de tela rasgándose que surgió de mi entrepierna.

La fortuna de los cines de hoy, es que invariablemente forman parte de un complejo comercial en el que hay un siempre un supermercado cerca, lo que me permitió renovar mi guardarropa con cierta facilidad. Sin embargo, la parte difícil fue el cambio de calzoncillos y la posterior acción de deshacerse de los arruinados que, dicho sea de paso, tenían un aroma bastante escandaloso.

¡No los puedes dejar ahí!, son como basura médica, requieren un grado de precaución, son casi tóxicos, primero por la vergüenza que implica y luego por mera ecología; ¡contamina esa madre! Lo bueno es que todos los días recogen la basura afuera de la plaza Antara.

¡Chá!

martes, 25 de octubre de 2011

Gadafi no Muamó

Un balazo en la cabeza y las heridas que le causó un bombardeo aéreo de la OTAN, terminaron con la vida de Muamar Gadafi, el coronel libio que gobernó su país con mano dura desde 1969… o eso nos quiere hacer creer la maldita televisión para vender más chocotorros y toallas sanitarias con alitas.

Mu‘Ammar Al-Qaddafi, como se escribe su nombre en árabe, o Muamar el Khadafi, como lo dicen los mamones del periódico La Razón, logró escapar al ataque de los rebeldes y se vino a esconder en México, donde nadie imaginaría buscarlo, ni juzgarlo por los crímenes que cometió durante estos casi 50 años en contra del pueblo libio.

Sin las tradicionales túnicas o su característico traje militar, el dictador oculta su identidad debajo de una playera conmemorativa del Festival Acapulco 2002, unos jeans piratas importados desde Tepito y una gorra de Cómex, de la que aún sobresalen sus chinitos por detrás de sus orejas, además de esa barba y bigotes de los que difícilmente se puede desprender.

Actualmente trabaja en una refaccionaria de autopartes robadas en Chilpan, ubicada sobre la avenida José López Portillo, en el municipio de Tultitlán, Estado de México, cerca del centro comercial Perinorte, donde lo he visto en repetidas ocasiones padroteando con sus lentes oscuros sin ser molestado por nadie.

¡Uts!




Por cierto, este video evidecia que al dictador lo violaron al agarrarlo, pero como sí logró escapar, deducimos que al que le metieron un palo por la cola fue a un doble puesto estratégicamente ahí para despistar a la banda.

lunes, 24 de octubre de 2011

Llamada de emergencia

Los primeros acordes de Sister Twisted de Kinky (la rola del comercial de “haz sándwich”) y el sonido de cientos de golpecitos sobre la superficie de madera de mi buró me hacen despertar un domingo a las tres de la mañana. Todavía me estaba saboreando los besos que me estaba dando la diputada Gabriela Cuevas, en uno de mis sueños más puercos, cuando la voz nerviosa en la llamada que entró a mi teléfono celular me hacía suponer una emergencia.

“¡Ayúdame!”, pedía con gritos que se me colaban entre las lagañas del cerebro. “¿Qué pasó? ¿Dónde estás?”, preguntaba yo nervioso al no encontrar explicación para tanto pánico. “No sé, venía yo por Insurgentes y al salir de la glorieta me metí en una calle que no era y ahora estoy rodeado de güeyes que están fajando en las banquetas y dentro de los demás coches. Es asqueroso, unos ya se están dando con todo y otros me están viendo y el tráfico está parado y otros vienen hacia mí, ahhhhhhhhh”, ahogó un grito en el tono de la línea al colgar abruptamente, dejándome en el vacío de la oscuridad con el pendiente colgado de los pelos de la nuca.

El mensaje del número Telcel no disponible desencadenó un escalofrío que recorrió mi espalda, desde la primera vértebra hasta el triángulo blanco en mi piel que se forma por la marca que deja la tanga cuando me asoleo. El pánico se incrementó cuando no encontré respuesta del 066, supuesto número de emergencia de la policía, cuya intervención era la única oportunidad de buscar a mi amigo Francisco Fernández Nolasco, de quien no volví a saber después de esa trágica noche.

¡Chá!

jueves, 13 de octubre de 2011

San Puto

Como no me enteré que el pasado 11 de octubre fue Día Internacional para Salir del Closet, determinado así por los huevos de la fundación Human Rights Campaign, pues tendré que dejar pasar la oportunidad para gritarle al mundo que en realidad me gusta el caldo de oso y la coca-cola hervida. Lo vi hasta ayer en los periódicos, cuando ya había ocurrido, y deberé guardarme otro ratito, por lo menos 12 meses más.

En realidad no, no le hago a esas cosas del demonio (Levítico 18:22), pero sí deberían hacerle más promoción a la fecha, tal y como se promueven otras tantas como el día del abuelo o el de la mujer, que no son más que campañas publicitarias diseñadas para apaciguar inconformidades de ciertos sectores de la población, tal como lo hacen ahora con los homosexuales reprimidos.

Si el Gobierno del DF le mete lana, se podría celebrar la Marcha del Orgullo Gay ese día; se promovería la salud reproductiva y muchas personas aprovecharían para aceptar sus verdaderas intenciones sexuales, incluidos políticos, deportistas y presentadores de noticias con bigotito. Lo mejor de todo es que cae un día antes del 12 de octubre, que es cuando el Club América festeja su nacimiento, lo cual hasta concuerda con la temática porque, como dice el dicho popular mexicano: “eres puto y le vas al América”.

¡Auch!


miércoles, 12 de octubre de 2011

En chinga y Ardido

De la nada, un camión de volteo cargado con tres toneladas de mierda y lodo embistió el costado izquierdo de mi cochecito, haciendo que éste se deslizara a lo ancho gracias a que el güey ni siquiera se percató que me traía de corbata. Afortunadamente, venía circulando quedito en una intersección; de haber venido rápido ¡me saca los pedos!

Tal como lo dicta la tradición mexicana, me bajé en medio del tráfico a hacérsela de emoción al chofer, pero éste ni se dignó a mirarme o a detener el motor, por más que le decía “bájate cabrón”. Contrario a eso, siguió rodando con el pretexto de quererse orillar, para en realidad darse a la fuga. 10 segundos después, inició una persecución a alta velocidad sobre la Avenida Central, por los rumbos de Ecatepec, Estado de México, en la que para evadirme, el pesado vehículo tuvo que meterse al carril confinado del Mexibús, con el riesgo de que éste viniera enfrente y se hicieran ambos pomada.

Para su mala fortuna, he visto todas las de Rápido y Furioso y eso me permitió darle alcance, sorteando además a un tráiler amigo suyo que trató de obstruirme el paso a base de cerrones de microbusero en drogas.

A lo lejos lo vi hablar por el radio y momentos después un ñero reggaetonero de ceja depilada con la secundaria inconclusa se me dejó venir con todo y su Kenworth blanco de seis ejes, a lo que sólo pude reaccionar con una enfrenón que hizo sacar humo de mis llantas… bueno, las del carro, que gruñó como marrana pariendo cuando le pisé a fondo para aplicar “la resortera” (ver La Balada de Ricky Bobby para entender el movimiento de NASCAR). Sólo así logré dejar atrás al compinche, para enfilarme nuevamente hacia mi agresor, que me sacaba medio kilómetro de distancia entre las combis.

Sólo exprimiendo ese motor de 1.6 litros pude rebasarlo para volvérmele a poner enfrente e impedir el paso, con la posibilidad implícita de que le valiera madres darme un llegue directo. Al final, la intervención de una patrulla de la Agencia de Seguridad Estatal que andaba tragando camote por ahí me permitió bajarle una lana a la empresa responsable de los camiones para reemplazar mi calavera rota.

¡Uts!

lunes, 10 de octubre de 2011

La fuerza de la costumbre

Noche lluviosa, frío en el ambiente; ni siquiera los viene-viene están trabajando en las oscuras calles del Centro Histórico. En lo alto del edificio de la esquina de 5 de Mayo y Plaza de la Constitución, voy a darle una mordida a mi taco dorado de pollo con harta crema, cuando una bulla a lo lejos se escucha entre el caer de las gotas.

“¡Ah chingá!”, digo intrigado al ver la hora. Las 23:42 del sábado y lo que parece ser una típica manifestación citadina se acaba de apoderar del Zócalo. Al asomarme al balcón, descubro un contingente de al menos 500 sombras montando tiendas de campaña sobre la mojada plancha y lanzando consignas que a la distancia suenan ininteligibles.

Mi primer teoría es que Martín Esparza y sus corrientes aprovecharon la soledad que brinda la tormenta para regresar a lo que durante varios meses fue su casa y sustento, montando de nuevo un campamento que buscará exprimirle dinero al gobierno con una metodología más próxima a la del secuestro que a la del movimiento social.

Mi instinto periodístico y mi sentido arácnido me obligan a terminarme mi cuba y bajar a ver, para toparme con cientos de scouts en chorcitos preparando lo que sería la Flor de Lis más grande del mundo hecha con latas de aluminio… hubiera preferido a los electricistas.

¡Me cagan los scouts!

jueves, 6 de octubre de 2011

1955-2011

domingo, 2 de octubre de 2011

Filias aéreas

El otro día en una peda… en realidad era una junta editorial de este rotativo, pero el nivel de discusión es el mismo. En fin, al mencionar el nombre de la mujer que engalanaría nuestra portada, alguno de los connotados doctores en lingüística presentes en aquella reunión pronunció la frase: “¡futa! Esa vieja es un avión”.

“¿Un avión?”, pensé yo con cara de quien nunca ha visto a nadie, por muy puerco que sea, tirarse a un avión, ni siquiera uno de juguete. Es más, se sabe de personas que se excitan sexualmente al ver un automóvil de gran diseño y potencia, pero eso dista mucho de la acción de erotizarse ante la presencia de una aeronave. Por lo menos un coche tiene un mofle que podría, ya en caso de la marranaería absoluta, fungir como receptáculo del órgano sexual masculino, lo cual no se podría hacer con una turbina porque ésta emascularía al sujeto en cuestión.

El coito a bordo de un avión es una fantasía tan común que entra en la categoría de cliché, pero darse a uno entero es un acto sólo aquellos verdaderamente dañados de la cabeza pueden llevar a cabo en la realidad. Aún así, la analogía entre una bella mujer y el enorme artefacto con alas que vuela es inentendible, aún para una mente chaqueta como la mía que se autodenomina el Hugh Hefner de la pornografía indígena.

¡Uts!

viernes, 30 de septiembre de 2011

Incitando a la banda

Atrás quedaron los rumores sobre la venta de droga afuera de las escuelas en presentaciones de chicles con estampita de Pokemón, ya no hay huevitos con moco de King Kong aderezado con heroína que engatusa a nuestros (¿nuestros?) niños, y las halls sabor tacha pasaron ya de moda; ahora la onda para inducir a la juventud por el camino del vicio y la teporochez viene en un vaso de unicel con capacidad de un litro, el cual contiene cerveza con limón, chile, sal, jugo de tomate y gomitas de colores.

¡Se llaman gomichelas y están pocamadre! Para encontrar y degustar una de ellas hay que meterse a uno de esos barrios que raspan, de esos donde al momento de poner un pie en la calle y ver que en una barda se anuncia un concierto de Espinoza Paz uno deduce: “¡no mames, aquí matan!

Generalmente se encuentran cerca de las escuelas secundarias disfrazadas de misceláneas o cremerías, porque usualmente en esos lugares no se instalan Oxxos debido a la delincuencia. Vienen en sabores fabulosos como: chamoy, tamarindo, frambuesa, clamato, rancher, polloloco, ponedebuenas, vuelvealavida y el mejor: ecuerateyá.

Les recomiendo dos: uno está en Santa Cruz Meyehualco, en Iztapalapa, y el otro sobre Refinería, en Azcapo, cerca de la clínica 13 del IMSS, donde ya hasta se hubiera muerto Capulina.

¡Salud!

jueves, 29 de septiembre de 2011

Top Gear México

De fabricación japonesa, el Nissan Leaf es un hatchback eléctrico que fue lanzado apenas el año pasado en Europa, que será producido y distribuido en masa hasta 2012 y que, extrañamente, ya se encuentra en México dando servicio de taxi en el DF, como parte de un programa del Gobierno capitalino para hacer el transporte público más amigable para el ambiente… ¡patrañas!

El problema de este cochecito mamón es el mismo del de los demás de su género: dependen de tener un enchufe dónde conectarlo por ocho horas para que pueda funcionar durante una jornada entera y eso sin exigirlo al máximo, lo cual no es mucho si tomamos en cuenta que su velocidad máxima es de 140 km/h.

Incluso, en un centro de recarga rápida como el que presentó Marcelo Ebrard el día de ayer en el Centro Histórico, el auto tardaría hasta una hora en recargarse, cosa que es improductiva en una ciudad como esta, donde tiene que andar en chinga todo el día. Cabe mencionar que la energía necesaria para hacerlo correr es equivalente a la de cuatro refrigeradores, entonces ¿cuál ahorro? ¿De dónde creen que se obtiene la electricidad en este país si no es de la quema de petróleo? ¿Qué pasaría si se para en Viaducto?

Todo lo anterior indica que este es sólo una campaña publicitaria más para sólo hacer ruido a lo menso.

¡Chá!

domingo, 25 de septiembre de 2011

Más sexo indígena

El país está lleno de amantes de lo prehispánico, de lo antiguo, de lo caduco y de todo aquello que pueda ser vendido en el tianguis de artesanías del Centro Histórico de Coyoacán. Es así hay gente que adorna su casa con vasijas de barro negro oaxaqueño, con réplicas de ídolos aztecas en repisas y hasta cabezas olmecas en el jardín, incluso tienen el mal gusto de poner el cuadro de Iztaccihuatl y Popocatepetl en su sala.

Y no está mal, cada quién es libre de expresar su nacionalismo a su manera, ya sea vistiéndose de manta con cuentas bordadas o teniéndoles lástima a los indígenas, pidiendo que se implementen políticas públicas para mantener a sus comunidades en el atraso en el que están, en lugar de integrarlos a la vida productiva del país.

En fin, para todos aquellos indigenistas, tengo el agrado de comunicarles que la Caravana por la Paz, encabezada por el poeta Javier Sicilia en el sureste mexicano, me inspiró para escribir el guión de la primera película pornográfica protagonizada por representantes de las diferentes etnias existentes a lo largo del país.

Sin dar mayores detalles, sólo diré que habrá mucho humo de copal, música de teponaztli, escenografías monumentales y revolcones sobre pieles de jaguar, lo que me convertirá en el Huey Tlatoani del porno mexicano.

¡Uts!

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Las reliquias del jefe

Hace unas semanas, la gente hizo una fila interminable para ver lo que quedó del Papa Juan Pablo II en una urnita culera en la catedral, y ese mismo ejercicio se repitió este martes en el Centro Histórico, para ser testigos del paso triunfal de Marcelo Ebrard por las calles hacia la Asamblea Legislativa, donde rindió su último informe de gobierno (es el quinto, pero el güey seguro pedirá licencia antes del sexto para hacer su campaña presidencial).

Transitar por esa zona era prácticamente imposible, a menos que fueras vestido de amarillo y con banderas del PRD porque, al parecer, era a los únicos a los que los granaderos no les ponían peros para situarse afuera del recinto de Donceles y Allende a echarle porras y tomarle fotos a los invitados especiales, como si se tratara de la alfombra roja de un evento de farándula.

Hasta yo (¡que soy yo!) tuve pedos para pasar la valla de los tiras, y eso que sólo iba de argüendero para poder ver, una vez más, a Rosalinda Bueso, novia de Ebrard Casubón, con el fin de documentar su presencia en estas páginas, en un ímpetu meramente periodístico, el cual me impide decir que se veía “bien chida”, citando a un morro parado al lado mío.

Por lo demás, el informe estuvo más de hueva que los videos piratas que venden con el título de “Hoteles Tlalpan”.

¡Uts!

martes, 20 de septiembre de 2011

La llegada, día once

Al abrir los ojos y ver un cielo radiante en tonalidades de gris, con sus nubes mutantes ocultando el sol sobre un pavimento con más hoyos que la portería de Armando Navarrete, arquero del América, supe que estaba en casa, con sus policías color chingamelarretina entorpeciendo el de por sí caótico tránsito capitalino y la posibilidad de ser violado a bordo de un taxi en plena luz del día.

Como el Papa Juan Pablo II, besé el piso al bajarme del camión, luego de convivir durante semana y media con aquel sector de la población que acertadamente calificaba el doctor Jorge Lumbreras, politólogo y dios absoluto de la cumbia andina, como “los Chairos”; seres pertenecientes a una época diferente y a un razonamiento alternativo más allá de la comprensión lógica.

La primera y obligatoria parada fue en una farmacia, donde adquirí el antimicótico más potente permitido por la ciencia moderna, con el fin de desprenderme de todo hongo hippie en el cuerpo, producido por el hecho de compartir hasta la regadera con las violentas huestes del pacifista Javier Sicilia, en su Caravana por el sur del país.

Luego de un baño y una rasurada para quitarme una barba de gato montés con sarna, entendí que lo que no te mata es currículum y que puedo presumir de ser “corresponsal de paz”.

¡Hasta aquí el reporte!

Marabunta, día diez

Si en lo que me resta vida no vuelvo a ver un campesino, un indígena o un obrero resentido con la vida que le tocó, será poco tiempo. A 10 días de convivir con ellos y sus olores en un viaje a través del sur de la República Mexicana, siento que cada vez son menos las diferencias entre su inseguro servidor y los hippietecas que se escudan en el movimiento encabezado por Javier Sicilia; además de los hongos en las patas, ya también acostumbro llegar a todas partes a agandallar.

Se abren las puertas de los autobuses y 600 cabrones se dejan ir a reventar los baños de una gasolinera perdida en la sierra chiapaneca, cuya cafetería colapsa por una horda que está deseosa de un frapé sabor galleta a la orden de ya, porque la Caravana por la Paz tiene que partir a su siguiente función (como circo) y no hay cámara de seguridad que vigile los pasillos de la pequeña tienda de autoservicio de al lado, a la que no le quedó ni un cacahuatito para vender.

Sin embargo, cuando se trata de vandalizar plazas públicas en nombre de “la paz”, como ocurrió en Villahermosa, donde dejaron grafiteados los arcos del palacio de gobierno con monos propios de un niño de kínder o alguien que acaba de sufrir una lobotomía, yo me deslindo de ellos y hasta prefiero irme a escuchar el discurso oficial.

¡Seguimos reportando!

lunes, 19 de septiembre de 2011

Asepsia, día ocho

Nuevamente desde el piso de un centro comunitario perdido en la frontera entre México y Guatemala, una multitud de hippies instala su campamento para pasar la noche y recuperar energías para continuar idolatrando a Javier Sicilia en su Caravana por la Paz hacia la luna… o algo así.

Uno pensaría que, siguiendo las tradiciones ancestrales, se acosarían en un tapetito y ya se dormirían, pero no; los güeyes sacan unas laptops de pocamadre para descargar y editar sus videos grabados en alta definición, meter sus fotografías tomadas por unos camarones más chidos que los de los mismos fotógrafos de los medios encargados de la cobertura del evento.

Y ahí están todos, haciendo activismo político con tecnología de punta y condenando las políticas gubernamentales en materia migratoria, ofendiéndose porque los pobrecitos hondureños mueren en las vías del tren o se vuelven maras asesinos, indignándose hasta los huesos porque los tratan como a ciudadanos de segunda. ¡Pues que se los lleven a su casa! ¡Que los tengan ahí en Coyoacán, pidiendo limosna afuera de sus casas! ¡A ver si sísierto!

Yo, por lo pronto, opté por irme a un hotel a bañarme después de cuatro días de no hacerlo, quemar mi ropa y hervirme las patas, que ya les están creciendo unas ramas con todo y pajaritos.

¡Seguimos reportando!

domingo, 18 de septiembre de 2011

Bienvenida, día siete

Caminando en procesión, como refugiados bajo la lluvia, llegamos a un paraje solitario perdido cerca de la costa oaxaqueña, a juzgar por el olor a sal en el ambiente y el piquete de un mosco-vampiro que me dejó una roncha en la espalda del tamaño de una manzana.

Al final de una vereda enlodada, la música de una guitarra se oye a lo lejos en la única casa iluminada en kilómetros a la redonda. Al entrar, decenas de miradas me examinan con un gesto amable en el rostro y es el padre Alejandro Solalinde, defensor de los migrantes en nuestro país, el que me saluda de mano y me da la bienvenida.

Un tamal oaxaqueño con pollo y dos vasos de arroz con leche después, ya siento que quiero a todos los hondureños y salvadoreños del refugio, incluso más que a mis propios paisanos, a quienes veo desde hace seis días de caravana pacifista siguiendo a Javier Sicilia, con un rencor porque ellos sí se la están pasando pocamadre… ¡malditos hippies!

Pasaré la noche en el piso de un gimnasio abandonado y al ver a un pinche gordo en calzones roncando a tres metros de mí, me arrepiento de no haberme quedado en el albergue para migrantes, durmiendo en un catre con una mancha de sangre dejada por algún guatemalteco cercenado por el tren que los transporta hasta la frontera con Estados Unidos.

¡Seguimos reportando!

El paraíso, día seis

Traer a un hippie, como los que acompañan a Javier Sicilia en su Caravana al Sur, a un viaje por los estados de Oaxaca y Chiapas, es como llevar a Marcial Maciel a Disneylandia, a un marihuano a Ámsterdam o a Charlie Sheen a La Merced; son como musulmanes yendo a la Meca, fascinados todo el tiempo, viviendo en el orgasmo mental e inmersos en un ambiente de fantasía.

Mugrosos como los ves, renovaron su guardarropa en la capital oaxaqueña, cambiando sus trapos con estampado del Ché Guevara por camisas de manta bordados con cuentas de colores y faldas largas como de festival del día de las madres, adornados con collares de piedras y conchitas, sin saber que muchas de esas cosas ya son hechas en China e importadas para engañar tarugos.

Con tres días sin bañarme, yo siento que voy por el mundo dejando pedazos de mí como leproso y sintiendo envidia porque ellos, pese a tener el mismo tiempo sudando como marranos bajo el sol del sureste, andan tan frescos y campantes como si los ojetes durmieran en el Sheraton de Tapachula, si es que eso existe.

Por lo pronto, en lo que mi piel es devorada por los mosquitos mutantes del Itsmo, sigo intentando no asesinarlos por poner reggae a las dos de la madrugada y despertarme a las siete con el sonido de un caracol y el olor a copal.

¡Seguimos reportando!

jueves, 15 de septiembre de 2011

Arbolito: Día Cinco

Imagínense a un güey de cuarentaytantos años, barbón, flaco, greñudo, con cinco días sin bañarse y además vestido de arbolito. No es choro, no es porque ande en Oaxaca comiéndome unos hongos bien ponedores, pero en la mentada Caravana por la Paz, que encabeza Javier Sicilia, anda un ruco vistiendo un pants café y una sudadera verde con hojitas de plástico pegadas, unos guantes de algodón del mismo color, la cara pintada y además una corona de enredadera en la cabeza, cuya función en la vida es sostener una pancarta con la foto de un familiar desaparecido… ¡Canal cinco al servicio de la comunidad!

Hicimos una escala técnica en una gasolinera en medio de la nada, en cuyas paredes el bato este aprovechó para pintar la palabra “Paz”, con el simple pretexto de esparcir el mensaje en contra de la violencia en México entre los cuatro traileros que han de pasar regularmente por ese lugar, como si el bandalismo, bajo las causas que fueren, no fuera también una forma de agresión.

Lo peor de todo es que hoy, para mi suerte, el culero ese amanecerá acostado junto a mí, ya que esta noche dormiremos todos en el piso de un auditorio del magisterio de Oaxaca tomado por la APPO, cuyo ambiente estará musicalizado por ronquidos campesinos y aromatizado por los pies de 347 hippies.

¡Seguimos reportando!

miércoles, 14 de septiembre de 2011

El Batman: Día cuatro

Luego de compartir la regadera inundada de una universidad en el estado de Guerrero con 367 hipitecas amantes de los árboles y las causas perdidas, puedo afirmar que de la Caravana por la Paz hacia el Sur, que encabeza Javier Sicilia, voy a sacar dos cosas: la primera sería la experiencia de recorrer la república visitando comunidades olvidadas y afectadas por el crimen organizado; y la segunda es el obtener una larga colección de hongos en los pies que, a juzgar por el tipo de cultivos que deben guardar los activistas entre sus dedos, yo diría que lo que a mí me saldrán serán unas trufas negras, como las que usan los pitufos para hacer sus casas.

Al anochecer, se escuchan chillidos entre los árboles y uno no puede identificar si se trata de grillos, aves silvestres, insectos rastreros o larvas comiéndose lentamente el cuerpo de algún narco-ejecutado tirado a las orillas de la carretera. Sin embargo, si uno voltea a la cabeza hacia arriba, descubre que el origen de ese sonido proviene de los miles de murciélagos que sobrevuelan los cielos de la costa del pacífico mexicano.

Por lo pronto, ya traigo dos ronchas de gran tamaño en la muñeca y en una pierna. No sé cómo me las hice pero no me las puedo dejar de rascar o si de ahí me vaya a salir un arácnido por la piel.

¡Seguiremos reportando!

lunes, 12 de septiembre de 2011

Infierno: día tres

La próxima vez que un pinche hippie asqueroso me vuelva a decir “compañero”, juro que le voy a romper su madre, aunque me corran a patadas de la mentada Caravana por la Paz, que encabeza el poeta Javier Sicilia por varios estados del sur del país en contra de la violencia en México.

Alguna vez me pregunté a dónde se habían ido todos los mugrosos simpatizantes del comunismo que supuestamente “estudiaban” conmigo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM: todos se volvieron activistas, siguen sin bañarse y viven de caridad y las limosnas en vez de sacarle dinero a sus papás para financiarse sus payasadas y además, les huelen las patas y roncan en las noches.

Anoche (no es por dárselas a desear), tuve que dormir en el piso de un auditorio mugroso del sindicato de maestros en el estado de Guerrero junto a varios de ellos, quienes se la pasaron presumiendo las veces que han viajado de gorra, visitando comunidades indígenas haciendo trabajo comunitario, como si eso sirviera de algo.

Al despertar, un pinche barbón-greñudo-pandrosoojete nos levantó tocando un caracol de mar y esparciendo copal por todo el lugar, supuestamente para… para… para… ¡no sé por qué lo hizo el güey!, pero a mí me daban ganas como de mearlo por payaso y ridículo.

Seguiremos reportando.