jueves, 26 de noviembre de 2009

Chúpamela... sangre

Luna Nueva
Calificación: Qué mamadota!


A riesgo de que me digan puto, tendré que admitir que fui a ver Luna Nueva. Y a riesgo de que me digan todavía más puto, aceptaré que leí el libro.

Pero mas sin embargo (así escribo yo y qué pedo), me revindicaré con el género masculino al decir que no me gustó, que me pareció una cursilería infame, aburrida a morir y llena de hartas incoherencias… además de que la niña no se encuera nunca.

En fin, para quien no sepa, Luna Nueva es la segunda parte de la historia romántica de vampiros Crepúsculo, en la cual una chava se enamora de uno de estos seres mientras el güey se debate entre darle unas mordidas en el cuello o unos llegues por el chimuelo.

Resulta ser que al tal Edward, un vampiro que más bien parece menonita en drogas (esque está pálido y trae los ojos rojos) se reusa a convertir a Bella (se pronuncia “vela” o “írala” pa’ los nacos) en una inmortal, porque pus su alma se vaya a condenar, además de que ella siente que se hace vieja, por lo que ya le urge que se la chinguen.

Entonces agarra y dice “no pus’ que nel, soy un peligro porque me pasas un restorán y no te puedo hacer eso (darle sus chupadas)”… y ella: “no me dejes, porque si me dejas me muero”, entrando a una dinámica romeojulietesca bien chafa, en la que ambos dos creen morirse si no están juntos.

Y el bato se pela y la deja abandonada, entonces ella sufre gacho porque el otro la abandonó, pero nomás un rato porque éjele, que se le aparece un güey acá bien mamado que pus’ también quiere con ella, pero la otra aún guarda la esperanza de que su picador regrese.

Ahora bien, el otro cabrón, curiosamente se convierte en hombre lobo, cuiosamente, formándose así un triángulo amoroso entre el tal Edward Vampiro, Jacob Perrote (porque se transforma en uno como perrote de dos metros) y la Bella, y más pior porque los guámpiros y los lobos son enemigos naturales.

Y pus ya. Pero todo eso con frases como “cada soplo de aire que sale de tu boca es un regalo para mí” (ay no maaaaaa). Además el libro es todavía más infumable porque se clava gacho en el pedo de unas motos, en el sufrimiento de esta vieja porque el otro se le fue, en una fiesta italiana antivampiros y en tantas cosas que faltan en la película porque no se entiende, jamás se sabe cómo es que el Edward llega a pensar que la otra se murió, o cómo es que… no mejor me callo porque nomás me estoy ventaneando.

…vayan a pensar que soy fans.

FICHA TECNICA:
Dirigida por: Chris Weitz
Con: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner, Ashley Greene, Peter Facinelli, Elizabeth Reaser, Kellan Lutz, Nikki Reed, Jackson Rathbone, Bronson Pelletier
País: Estados Unidos
Año: 2009

viernes, 20 de noviembre de 2009

Perreo intenso...!

Güey!

Cuando yo iba en la secun se bailaba a Fey



Y citando a los mártires del News Divine: "perrear mata"

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Que no te haga lelo Marcelo

Marcelo Ebrard está bien chaqueto.

Y ya

¡No! Ya en serio, hace unos días fue reconocido por la universidad de Harvard por su labor en materia de movilidad urbana al implementar de manera eficiente el sistema Metrobús, el cual, señoras y señores, se pirateó de uno ya existente en León, Guanajuato.

Lo anterior a colación de dos cosas; la primera, que el fin de semana anduve por allá de gira artística para presentar mi más reciente obra: “el chikloso vengador”, escultura de Rafael Acosta “Juanito” de dos metros de altura hecha íntegramente con excremento de borrego michoacano albino; y la segunda, que el jefe de gobierno del Distrito Federal anunció la celebración de un festival con globos aerostáticos para atraer el turismo, misma que, también se pirateó de León, Guanajuato.

He aquí otra conclusión de ese viaje: León, Guanajuato es un mito. Es conocida como la capital nacional de la piel, ya que en sus calles se vende cualquier cantidad de productos manufacturados de este material… pero todos del nabo y para puros nacos.

O sea, nadie en su sano juicio se pondría unas botas azules con la cabecita de la víbora en la punta… ¡sólo falta que le prendan los ojitos al caminar en reversa! O unas con estampado de estrellitas, multicolores, de color rosa, entre otras. Tampoco creo que las chamarras con el logo de Ferrari, Audi o BMW sean de muy buen gusto que digamos.

En resumen, hay que saber muy bien en dónde comprar cuando uno anda de paseo por allá, porque la mayoría de la mercancía que se oferta en las calles cabe dentro de la categoría de lo naco. De otra manera es recomendable evitarse el viaje e ir a una boutique Michel Domit y quitarse de pedos (ay qué mamón)… o irse a la lagunilla.

Regresando al tema inicial, que Marcemo no nos haga pendejos, todas sus ideas se las piratea de algún otro lado. El Optibús de León comenzó a funcionar en el 2003, mientras que el Metrobús lo hizo dos años después.

Y aplicando la Germán Dehesa: ¿Qué fue de la policía ribereña en Xochimilco? ¿De los policharros de la Alameda?

Ah… se me olvidaba, el Festival Internacional del Globo de León, Guanajuato, es la neta; se hace en un parque ecológico que tiene un lago, zona de bosque, a las afueras de la ciudad, con sus zonas de acampar y de juegos muy bien delimitadas, actividades diversas, con su concierto de música de estación de radio local, fuegos artificiales y otras tantas monerías bien pagres.

Gracias por un fin de semana increíble

jueves, 12 de noviembre de 2009

A otra cosa

He pasado mucho tiempo pensando en cómo iba a reaccionar la próxima vez que la viera. En cómo iba a actuar ella; si me evitaría; si me agrediría o si sólo me saludaría como si nada hubiera pasado.

Le he dado varias vueltas y he repasado qué debía yo sentir o qué se supone que debería decirle. Si aún siento algo por ella, si le guardo rencor o qué diablos se dice después de que sus últimas palabras fueron “eres un escuincle pendejo, me hiciste mucho daño y no quiero volver a verte en mi vida”.

Aún recuerdo mi voz cortada, mis ojos llorosos y mi incapacidad para saber qué hice mal para arruinar lo que pudo ser grandioso y en lo que había puesto todas mis fuerzas e ilusiones en la vida, mientras ella despedazaba mis sentimientos.

Alguna vez consideré decirle “mírame hijadetuchingadamadre, ves estas putas cicatrices que tengo en la cara, son por tu pinche culpa… ¡culera!” Ya que su desdén me provocó una depresión que me sumió en un hoyo que me alejó de la vida misma y terminó con mi salud.

Y ahí iba, frente a mí, subiendo las escaleras de la estación del metro, con sus clásicos audífonos que la deslindaban del mundo, el típico rojo en sus ropas, el pelo recogido, look despreocupado tirándole a fachoso, con teléfono en mano y ese andar pausado.

La reconocí en el primer instante. Dudé en hablarle. Me le emparejé en la caminata para ver si ella me reconocía, pero venía tan metida en su marcha que no vería al propio Papa si le pasara por enfrente.

Corrí, crucé la calle, corrí más para adelantarme dos cuadras, atravesé de nuevo y caminé, ahora en sentido contrario. La vi de lejos, ahí venía, ahora hablando por teléfono, arrastrando los pies.

Levantó la mirada un poco, lo suficiente para verme el rostro y reconocerme, a pesar de que la última vez que nos vimos yo tenía el pelo largo y alborotado. Pasó un segundo el instante en que nuestros ojos se vieron pero fue una eternidad. Esperé, esperé y esperé a ver qué hacía, si bajaba la mirada y seguía de largo, si daba media vuelta y huía, si se pasaba a la otra acera, si reiteraba ese chingatumadre que significó el adiós, o si hacía lo que finalmente hizo, regalarme una sonrisa, un saludo y un abrazo.

Yo, como siempre, con mi cara de pendejo, inventando cualquier cosa para justificar mi presencia de nuevo en su vida, sin palabras, pero con una sola idea fija: no significa nada.

Se fue, la observé reiniciar su camino, sin hacer el menor gesto, llevándose consigo parte de mí, parte que hasta ahora sólo representaba un lastre en mi memoria, un pesar en el corazón y un chivo en mi pegas (¿a chingá?)

10 minutos después, un beso como saludo inauguró otra velada al lado de quien me roba el sueño, me deja sin aliento y me mantiene en este mundo miserable con una sonrisa cuando me toca, cuando está cerca.

Un abrazo en la mesa de un restaurante, un beso mientras la mesera trae la cuenta, las manos que se toman en el frío… ¿Qué más le pido a la vida? ¡Nomás ir en Prepa 5!

miércoles, 11 de noviembre de 2009

¡Ay nanita!

Pueblo perdido, allá lejos, ni siquiera puede considerarse parte de la Ciudad de México porque está rodeado de cerros y bosque. La población la componen en su mayoría perros callejeros. Los índices de delincuencia aumentan y se le atribuye a una bola de oaxacos o “fuereños” que en los últimos años han llegado a residir. Cuando tocan las campanas de la iglesia le cae toda la banda y la voz del padre durante la misa se oye hasta en el último rincón gracias a unos potentes altavoces que te depilan los pelos del ano de lo recio que suenan.

Es Santa Ana Tlacotenco, pueblo culero de la delegación Milpa Alta de donde soy originario (soy de ahí así que no es despectivo y tengo derecho a decir que está de la verga) y donde tengo un terreno… en realidad varios pero quién los cuenta.

Bueno, el chiste de Zacapechoca (se acostumbra nombrar las zonas como hacían los antiguos) es que se dice que hay un tesoro escondido, ya que en unas peñas (piedrotas) se oyen monedas cuando arrojas piedras (chiquitas), es decir, te subes al montículo y avientas una roca al vacío, cuando ésta cae, se oye como si lo hiciera sobre dinero, al estilo Rico McPato.

Hay mucho loco que ha ido en busca de tal fortuna, unos que hasta han partido las piedras a chingadazos, pero nomás nada. La idea toma fuerza cuando se ha constatado que por las noches, Zacapechoca tiene un guardián, una presencia que ahuyenta a propios y extraños.

Olor fétido, tensión en el cuerpo, la sensación de alguien o algo maligno en el ambiente, baja de temperatura y unas ganas de mearse del susto es lo único que se percibe repentinamente al pasar la noche en ese lugar, según cuentan los que lo han hecho, que no son pocos.

Al chile, yo como soy bien puto para esas cosas, como para muchas otras cosas más, ni le intento, a pesar de que ese supuesto tesoro está en mis dominios.



Les dejo el video.

martes, 10 de noviembre de 2009

Ouch!

En el futbol de primera divisón de Australia, John Hutchinson, jugador del Central Coast Mariners, trató de tapar el remate a gol de Carlos Hernández de Melbourne Victory, llevándose una patada en los güebos.

Que lo disfruten

lunes, 9 de noviembre de 2009

Matadores

Cuando uno tiene hábitos y horarios de vida tan culeros como los que tengo yo, se tienen que aprovechar todos los momentos posibles para olvidar lo pedorra que es mi existencia. Fue entonces que, gracias a que cayó en domingo y a los talentos de Jonathan Pardiñas, conseguí un boleto para The Killers del domingo 8 en el Palacio de los Deportes.

Y ahí voy, solo como pinche dedo, hora y media antes pa’ no tener pedos de estacionamiento. 27 chaquetas mentales después viendo cómo llegaba la gente poco a poco, descubrí que Hello Seahorse! es un buen grupo, que a pesar de que nomás tienen dos canciones medianamente conocidas y que suenan ambas igual, son rete agradables al oído.

Empezaron los Killers y dije “utamadre! qué chingá hago aquí si el último disco está re pitufo”, sobre todo porque esa primer rola no me la sabía, pero después se arrancaron con Somebody told me y ahí sí, con esa canción de banda relevación del 2004, me prendí harto mucho, tanto que lo demás fueron 90 minutos de baile continuo.

En ese momento me di cuenta de que The Killers es una de mis bandas favoritas, ya que al final se aventaron Read my mind, la cual es una pieza que he repetido hasta el cansancio en mi fonoteca personal y uno de los videos más bonitos que he visto en mucho tiempo. Cuando terminó dije “estaría chingón que se aventaran Mr. Brightside”… ¿y qué pasó? ¡La tocaron! ¡Nomames!

Luego pensé “no, si tocan All these things that I’ve have done me cago”… ¿y qué pasó? ¡la tocaron!... ¿y qué hice?... no, no me cagué pero nomás porque no había comido nada en todo el chingado día (les digo, pinche horario) me-cae-de-a-madres. Fue un momento de cerrar los ojos y bailar llevado por la música, para después abrirlos y ver y oír que el coro monumental de 20 mil cabrones cantábamos juntos a la voz de “I got soul, but I'm not a soldier” y terminar con una explosión de papelitos desde el escenario.

Canción que por cierto me hacer recordar cosas bien padres, tanto que hasta hay un video que hice y subí a youtube con las fotos que tomé a lo largo de la universidad y que se puede ver desde aquí.

El encore cerró con When you were Young, la cual está hasta en el Guitar Hero III, lo cual nomás remata con la chingonería que son los killers, aunque hagan discos tan culeros como Day & Age, que por momentos opacan las glorias que fueron Hot Fuss y Sam’s Town.

martes, 3 de noviembre de 2009

Fashion

Para todos aquellos que se lo preguntaban...

En esta boutique de Polanco me compro mis chamarras:


Está sobre Mazarik

poink!