viernes, 2 de febrero de 2007

Un porro de carrera


El vocero del PRD, Gerardo Fernández Noroña, ha destacado en los medios ultimamente por sus abruptas y escandalosas manifestaciones en contra de la autoridad. El Miércoles pasado fue a los pinos a protestar contra el alza en los precios del maíz, trató de brincar las rejas que pusieron los granaderos y al verse impedido por éstos, no tuvo mas que lanzar golpes a los uniformados para finalmente marcharse gritando consignas y arrojando tortillas a los de azul. Lo más ridículo fue que el movimiento de protesta no era ahí, sino en el zócalo donde se encontraba su jefe, Andrés Manuel López Obrador.

Antes de eso, hace un par de semanas de hecho, intentó ingresar a Palacio Nacional para protestar por... pus' por algo, la verdad ni se supo, pero se agarró a guamazos con los policías que le impidieron el paso. Para acabarla de amolar, durante el conflicto en Oaxaca, él fue uno de los que quemó edificios públicos y sonsacó a la gente para que desconociera a la autoridad a madrazos, eso por medio de una estación de radio privada que tenía tomada la APPO (otras finas personas, por cierto). Y hablando de la APPO, ¿quién creen que hizo berrinche porque entambaron a su cuate Flavio Sosa?


En fin, Fernández Noroña ha estado muy activo haciéndola de pedo por todo, pero esto no es nuevo, resulta que tiene una laaarga carrera en esto de organizar desmadres.

Gerardo Fernández Noroña nació en Michoacán en 1961, es sociologo gresado de la UNAM, comenzó a ganar fama de revoltoso en 1983 apenas graduado de la universidad, como trabajador del IMSS encabezó en movimiento para evitar que la institución vendiera algunas unidades habitacionales a inmobiliarias privadas y en cambio entregara departamentos a los inquilinos que los pagarían en mensualidades minúsculas. Convencido de su éxito como líder político, se unió al hoy extinto Partido Mexicano Socialista, donde intentó, sin mucho éxito, entablar una relación con antiguos guerrilleros, por cuyos métodos sentía fascinación.

En 1988 se unió al Frente Democrático Nacional (antecesor del PRD). En 1990 renunció a su empleo en el IMSS para dedicarse de lleno a la política y cuatro años más tarde intentó ser candidato a senador, como nadie en el PRD lo peló, tuvo que conformarse con una cadidatura a diputado que por cierto perdió.

A principios de 1995 , la crisis económica atrapó a Fernández Noroña con una pesada hipoteca que pronto se multiplicó hasta hacerse impagable. Nada menso y valiéndose de su condición de político, creó la Asamblea Ciudadana en Defensa de los Deudores de la Banca, la cual, con el beneplácito del PRD, aglutinó a miles de morosos en busca de no pagar sus deudas, así nomás ... ¡de huevos!

Fernández comenzó a encabezar bufonescos plantones a los cuales acudía disfrazado de luchador, se hacia llamar el chupacabras. Se relacionó con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, haciéndoles llegar dinero recaudado entre sus agremiados.

El 7 de Marzo de 1996 al término de la LX convención anual de la Asociación de Banqueros de México, celebrada en Cancún, se arrojó a los pies del presidente Ernesto Zedillo para exigir que los banqueros condonaran las deudas de los miembros de su agrupación. Fue encarcelado pero salió a los pocos días porque Andrés Manuel López Obrador, entonces presidente de PRD, ordenó pagar su fianza.


Conoció Raúl Álvarez Garin, reconocido líder del moviemiento de huelga del '68, ambos crearon una nueva tribu dentro del PRD llamado Movimiento de bases Insurgentes (MOBI), grupo que también incluia un movimiento de 1800 taxis pirata. Fue entonces que se hizo de un nombre al interior del partido, lo que le valió la incorporación al Consejo Ejecutivo Nacional del PRD, donde se encargó de reforzar las relaciones entre grupos semiclandestinos, como el Consejo General de Huelga de la UNAM, el Frente Popular Francisco Villa y la asociación de taxistas piratas conocida como el Grupo Panteras.

A mediados de 2000 frente a los pinos cuando se crucificó en protesta porque Zedillo se negó concederle una audiencia (entonces es vieja costumbre). En 2004 lo designaron vocero del partido, posición que le permitió acercarse más a López Obrador, de quien se hizo incondicional defensor durante las pasadas elecciones presidenciales. En premio, el caudillo perredista lo convirtió en vocero del recién creado Frente Amplio Progresista Nacional, nuevo caballo político del tabasqueño.

Fernández Noroña es el importador-exportador de movilizaciones sociales hacia y desde el PRD. La manera de operar es sencilla: apenas detecta a un grupo de inconformes, los recluta con la esperanza de atraerlos al partido al tiempo que adoctrina a los nuevos clientes para radicalizar las protestas. Fue la misma estrategia seguida en el caso Atenco y Oaxaca, la misma que ha aplicado con vendedores ambulantes , invasores de predios, taxistas piratas y otros grupos igual de finos.

Es así que Gerardo Fernández Noroña, cliente asiduo de las mangas del chaleco, vive de los impuestos de la gente, un subnormal que no sirve para nada mas que para quejarse, y una muestra más de que este país está de la chingada, ya que sólo en México un idiota así puede triunfar en la vida sin hacer absolutamente nada, y todavía más idiotas los que lo siguen.

¡Viva el PRD!

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