martes, 29 de abril de 2008

Me ves y sufres

Es la leyenda que se puede leer en algún camión chimeco nagualón de superquinta, aunque también es lo que me dice mi rostro todas las mañanas al espejo, y la neta no sé ni cómo chingá interpretarlo.

Las opciones para deprimirme se me acumulan como formas en ventanilla de burócrata (ánda con la pinche analogía... Sufre puto López Velarde, Paz, Sor Juana y tú también pinche Nezahualcóyotl). ¿Y si soy emo? ¡No mames! Sí rómpanme mi madre, bueno no, porque ni es depresión, es hueva acumulada producto de la falta de vida propia y la pinche inseguridad propia de la pubertad... Sí, la pubertad ¡aguebo! 'Toy bien pinche chavo.

Mas bien, al leer las líneas que acabo de escribir y descubrir en mi prosa puras pendejadas, me doy cuenta que más bien me falta un poco de vida, y un poco de amor, algo de varo, salud, un agua de horchata, igual y un sángüich de pollo, y ya por ahí a la Niña URI.

Por qué escribo esto pregúnteme yo, será porque estoy atrapado en una redacción sin hacer nada, más bien ignórenme, igual y así aprendo a llamar la atención de otra forma... ¿y si me vuelvo chemo?

Y yo que quería escribir otra cosa.

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