Bitácora de un naco en Barcelona I

Ana María

Es Boliviana y trabaja en El Corte Inglés de Barcelona manufacturando no sé qué cosas, en su país estudió enfermería pero no terminó, está en España viviendo con uno de sus cinco hermanos, desde ayer es soltera y va a mudarse a Madrid para trabajar ahora en esa ciudad, piensa regresarse a su país a finales de año para estar con sus padres a quienes extraña mucho. Está guapa, es chaparrita y muy simpática.

Le tocó pasar ocho horas de su vida conmigo en el autobús nocturno de la ruta Barcelona - Madrid, tuvo que derribar a madrazos de carisma esa barda de "son bien mamón, no me hables, no me mereces" que de repente me cargo. Empezó preguntándo qué escuchaba, le pasé un audífono para que pudiera oír también. Siguió con una plática sobre telenovelas, luego ya hubo un intercambio de vidas, gustos, aspiraciones y desencantos. A las tres de la madrugada y sobre quíen sabe qué carretera en no sé dónde, hablabamos de las estrellas, de cuentos de terror y lucha libre... bueno yo mencioné algo. No puede dormir en camiones porque no se acomoda, necesita una almohada. Le ofrecí mi hombro, luego fue el brazo.

Cuando me di cuenta estaba durmiendo abrazada de mi como un bebé, yo sin poder dormido sólo me repetía una y otra vez que tenía primero tres, luego dos o una hora para besarla antes de que bajara. Rocé sus labios un par de veces en ese tiempo, ella no reaccionó y en mi mente pensaba "ya chingué"

No lo hice, no por puto creo, sino peor aún, porque creo que estoy enamorado

...chin!