Bitácora de un naco en Madrid XXVIX... o algo así

Misión cumplida

Se pensaría que... o por lo menos yo pensaba que con decirle a una mujer que era periodista, automáticamente se le iban a caer los calzones y las piernas se le abrirían, pero no, para mi desgracia no es así. Daba lo mismo decir periodista a admitir que me gano la vida limpiando guácaras en el baño de una pulcata, igual y hasta eso les atraía más.

En fin, pinches viejas quién las entiende. No basta tener una profesión interesante, tampoco con tirar verbo chido o bajarles el sol y la luna, a las españolas (como a todas) hace falta empedarlas. Ni modo, así es la vida. Una rubia piernuda bien peda en un departamento que apesta a mota a dos o tres cuadras a la redonda, con un ambiente que ni el peor congal de la meche tiene, aunado a una bola de drogadictos de todas las nacionalidades regados por los muebles, en un barrio madrileño que bien podría servir para escenografía de un video de Daddy Yankee y yo, un muchacho buena onda, tirabuenpedonorompounplatonimatounamosca, pero con ganas de echarse a una europea... es una combinación peligrosa.

Sólo diré que... España: Misión cumplida

Y olé!