jueves, 16 de mayo de 2013

Miedo de a madres

Tarde del sábado 11 de mayo, festejo del Día de las madres, restaurante California de la avenida José López Portillo, en Coacalco, Edomex. Bufet para mamases tragonas y sus familias, mientras sus chamacos juegan en el área infantil, sumergidos en la alberca de pelotas y perdidos en los túneles y toboganes. Todo es felicidad, gozo y glotonería, hasta que la presencia del gandalla se deja sentir.

A través del vidrio de la ventana que da al estacionamiento del lugar se puede ver cómo llega un convoy de vehículos compuesto de tres camionetas suburban negras de pocamadre, escoltando un auto compacto, de los cuales descienden nueve hombres, todos armados, algunos con rifles de asalto, en actitud agresiva, desatando en los comensales el terror, pánico e histeria, y una que otra evacuación temprana de lo recién engullido.

El instinto maternal se activa y las señoras, sin importar lo monumental de sus carnes, se levantan ágilmente a recoger a sus engendros, ante el peligro inminente de que se los maten en una balacera. Los otros, mientras tanto, se estiran plácidamente, preparándose para entrar a disfrutar de una tragadera inversamente proporcional con el tamaño de sus penes, pues algún trauma han de tener para andar con esos pistolones.

La gente asustada pide sus cuentas, paga y se va, no sin antes levantar la queja correspondiente, que el gerente responde de forma indiferente, asegurando que por ser servidores públicos, no puede impedirles el paso.

¡Chá!

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