miércoles, 5 de diciembre de 2012

Malditos anarcopunks

Cuatro días después y no me había caído el veinte de que la sucursal de Banamex que los anarquistas desmadraron a piedrazos durante las protestas del sábado en contra de la toma de protesta de Enrique Peña Nieto como Presidente es la misma en la que yo tengo mi dinero.

Yo vi por tele cómo unos ñeros reventaban los cristales del banco, como si éstos tuvieran la culpa de que ellos hubieran nacido con un cromosoma de más. Incluso hasta me dieron ganas de estar ahí para meterle un patadón a ese cajero que una vez quiso tragarse mi tarjeta sin fondos, pero ayer que pasé por enfrente, en el cruce de Juárez y Balderas, caí en cuenta que es donde tengo mis miserables ahorros.

Recuerdo que la abrí esa cuenta con lo que me dieron de liquidación cuando a un conocido periódico citadino se lo cargó el payaso (incluso hasta en la portada salía un payasito llevándose el cabezal), luego de largo rato de pensar en guardar ese mísero capital o inyectármelo por la vena del brazo en forma de heroína.

Al final me decidí por lo primero, pues se veía que la crisis de 2009 iba a estar cabrona. Pocas veces pasé por ahí y creo que la última fue para hacer la finta como que iba a retirar una lana para darle mordida a unos polis que me habían caído en una maroma que no voy a decir, para después pelármeles entre la multitud de una marcha.

Ayer quise ver si tenía lana todavía, pero siguen están reconstruyendo las oficinas y por eso tendré que sobrevivir con 20 varos en la bolsa.

¡Chá!

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