domingo, 23 de diciembre de 2012

El que ya no fue

La de mañana estaba destinada a ser una noche mágica e histórica, como cuando Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide unieron sus fuerzas en el abrazo de Acatempan, como cuando Emiliano Zapata y Francisco Villa se encontraron en la Convención de Aguascalientes, o como cuando el Chapulín Colorado salió en un capítulo del Chavo del Ocho, gracias a la tecnología de la televisión setentera.

Así de grande, así de trascendente, iba a ser un baile en el Campo ex Pumitas de la deportiva de Xochimilco, donde Joan Sebastian y Jenni Rivera se encontrarían en un baile al cual yo asistiría. Tres leyendas de la música popular mexicana estarían juntas en un mismo lugar y en plenitud de facultades. El Rey del jaripeo, la Diva de la banda y el Príncipe de los sayayín, compartirían lo mejor de su repertorio y los juglares hablarían de eso durante las próximas décadas, haciendo que el mundo envidiara a los que presenciaron la historia misma.

Desafortunadamente eso ya no podrá ser. Jenni murió hace dos semanas en un avión que se estrelló en la sierra de Nuevo León y por más que los organizadores la sigan anunciando en las bocinas de la camioneta que vende los boletos, ella no acudirá a la cita.

Ante tal tragedia, debo anunciar que yo tampoco iré, a pesar de que ya tenía mis boletos para ver cómo los toros de la ganadería Destructores destripan a un borracho en el ruedo, que ese sí es un arte taurino, no como las corridas de los domingos en la México, que esas son para jotos.

¡Chá!

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