La de mañana estaba destinada a ser una noche mágica e histórica, como cuando Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide unieron sus fuerzas en el abrazo de Acatempan, como cuando Emiliano Zapata y Francisco Villa se encontraron en la Convención de Aguascalientes, o como cuando el Chapulín Colorado salió en un capítulo del Chavo del Ocho, gracias a la tecnología de la televisión setentera.
Así de grande, así de trascendente, iba a ser un baile en el Campo ex Pumitas de la deportiva de Xochimilco, donde Joan Sebastian y Jenni Rivera se encontrarían en un baile al cual yo asistiría. Tres leyendas de la música popular mexicana estarían juntas en un mismo lugar y en plenitud de facultades. El Rey del jaripeo, la Diva de la banda y el Príncipe de los sayayín, compartirían lo mejor de su repertorio y los juglares hablarían de eso durante las próximas décadas, haciendo que el mundo envidiara a los que presenciaron la historia misma.
Desafortunadamente eso ya no podrá ser. Jenni murió hace dos semanas en un avión que se estrelló en la sierra de Nuevo León y por más que los organizadores la sigan anunciando en las bocinas de la camioneta que vende los boletos, ella no acudirá a la cita.
Ante tal tragedia, debo anunciar que yo tampoco iré, a pesar de que ya tenía mis boletos para ver cómo los toros de la ganadería Destructores destripan a un borracho en el ruedo, que ese sí es un arte taurino, no como las corridas de los domingos en la México, que esas son para jotos.
¡Chá!
domingo, 23 de diciembre de 2012
El que ya no fue
Posteado por Mario Manterola a las 7:01 p.m.
Etiquetas: DiarioBasta, Música, Uts
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