miércoles, 14 de septiembre de 2011

El Batman: Día cuatro

Luego de compartir la regadera inundada de una universidad en el estado de Guerrero con 367 hipitecas amantes de los árboles y las causas perdidas, puedo afirmar que de la Caravana por la Paz hacia el Sur, que encabeza Javier Sicilia, voy a sacar dos cosas: la primera sería la experiencia de recorrer la república visitando comunidades olvidadas y afectadas por el crimen organizado; y la segunda es el obtener una larga colección de hongos en los pies que, a juzgar por el tipo de cultivos que deben guardar los activistas entre sus dedos, yo diría que lo que a mí me saldrán serán unas trufas negras, como las que usan los pitufos para hacer sus casas.

Al anochecer, se escuchan chillidos entre los árboles y uno no puede identificar si se trata de grillos, aves silvestres, insectos rastreros o larvas comiéndose lentamente el cuerpo de algún narco-ejecutado tirado a las orillas de la carretera. Sin embargo, si uno voltea a la cabeza hacia arriba, descubre que el origen de ese sonido proviene de los miles de murciélagos que sobrevuelan los cielos de la costa del pacífico mexicano.

Por lo pronto, ya traigo dos ronchas de gran tamaño en la muñeca y en una pierna. No sé cómo me las hice pero no me las puedo dejar de rascar o si de ahí me vaya a salir un arácnido por la piel.

¡Seguiremos reportando!

No hay comentarios.: