lunes, 9 de mayo de 2011

¡No más semen!

“Si no puedes, renuncia Calderón”, “Ni un muerto más”, “Fuera el ejército de Juárez” y “No más sangre”, eran algunos de los mensajes en pancartas que sobresalían entre la blanca multitud que se congregaba por miles en la plancha del Zócalo, en espera de ese nuevo mesías en el que mediante la tragedia se convirtió el escritor Javier Sicilia, cuya obra desconoce más de la mitad de los presentes.

Sin embargo, todas esas consignas en contra de la violencia y la inseguridad eran brutalmente opacadas por lo escrito con plumón negro en una pequeña cartulina sostenida por un igualmente diminuto ser humano de cabellos canos y rizados, con atuendo humilde y mirada sincera, la cual reforzaba la importancia de su petición.

“No más cines porno” era la exigencia que rolaba hasta al frente de la tarima donde los familiares de las víctimas de la violencia en el país daban sus testimonios para reforzar el “estamos hasta la madre” que posteriormente daría Sicilia ante un auditorio de 20 mil acaloradas almas que acompañaron la procesión.

Además del porno, en esa misma consigna impresa se condenaba la homosexualidad, la mugre y las groserías, demostrando así que la Marcha por la Paz de ayer incluyó a todas las corrientes del pensamiento y no sólo a las afines a la izquierda reaccionaria.

¡Uta!

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