jueves, 26 de mayo de 2011

Faus & Furious

Recorrer el Viaducto a 120 kilómetros por hora en el punto más intenso del tráfico matutino, sorteando automóviles por derecha e izquierda para cruzar la ciudad de extremo a extremo en menos de 15 minutos, es algo que cualquiera puede hacer con un poco de inhibición y algo de inconsciencia, pero sólo aquellos que han sido elegidos por los dioses para estar detrás de un volante, pueden lograr en un microbús.

Sin la violencia característica de esa subraza a la que pertenecen todos los conductores de un medio de transporte público, y sobrepasando por mucho a los expertos como Michael Schumacher, Ayrton Senna, Adrián Fernández o Dominic Toretto, el conductor del pesero que día a día transporta a la prensa que cubre las actividades del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, es el más grande exponente del motorismo mundial.

Don Faus, como se le conoce a ese alegre chofer de la guagua del GDF, puede hacer que Checo Pérez, el piloto mexicano de Fórmula 1, se orine en su mameluco al verlo correr; podría chutarse el Nürburgring, el circuito alemán también conocido como el “hacedor de viudas” en un tiempo menor a los 10 minutos, algo sólo posible en un Porche Carrera 911.

Todo lo anterior sin violar una sola regla de tránsito, porque él representa a la autoridad.

¡Uts!

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