lunes, 10 de julio de 2006

De vuelta a la realidad


Señoras y señores, principalmente señores... terminó, se acabó, Italia es campeón del mundo y los franceses lloran por la pérdida de un título y más aún por la de un ídolo. El mundial ha concluido y todos podemos retomar nuestras vidas.

Desde el 9 de junio no ha existido nada en la mente de la gente que no sea futbol, hay sillones que en este momento deben tener un par de nalgas perfectamente marcadas encima de la tela después de que alguien no se levantó en un mes.

Fueron 64 partidos, en televisión abierta se vieron 37, pero hubo enfermos que contrataron SKY para verlos todos, encima de todo veían las repeticiones, resúmenes, los programas de análisis, noticieros y todo lo que tenga que ver, lo que se traduce en horas y horas frente a la pantalla, litros y litros de chesco y chela, toneladas de papitas y sobre todo un resto de varo invertido en camisetas, banderas, hasta maquillaje (hay gente que lo hace en sus casas).

Pero ya, al fin se fue todo eso, no volverá hasta dentro de cuatro años. Nos quedamos con el mal sabor de no ver buen futbol, espectáculo, mentársela a LaVolpe, a Omar Bravo y al perro Bermúdez por sus cantos, por otro lado, por lo menos los juegos no fueron a la una de la madrugada.

A todos los que no se han parado de su silla, el golpe va a ser fuerte cuando se enteren que hay un güey que está llamando a la violencia en nuestro país mediante marchas y bloqueos, reclamando que él ganó las elecciones; y además que hay otro cuate que está haciendo pruebas de misiles nucleares en Corea del Norte.

Si eso hace el mundial, olvidar que hay un mundo afuera del estadio, que se destruye constantemente, donde hay miedo, muerte y miseria... que venga otro mundial.

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