viernes, 18 de enero de 2013

Los parados de Pepe

El año 2013 ya lleva tres semanas transcurridas. Para estas alturas, el 68 por ciento de los obesos y las gordas desparramadas lonjas-guangas que tenían como propósito ponerse a hacer ejercicio y bajar de peso ya renunciaron, luego de unas cuantas sesiones de gimnasio y de sentir por primera vez en su vida el dolorcito del ácido láctico corriendo por sus articulaciones, atrofiadas como sus músculos después de toda una vida de comer donas en un sillón frente a una televisión.

Para todos aquellos que decidieron que ser un marrano decadente era mejor que levantarse temprano todos los días a sudar luego de dar 10 pasitos en una caminadora, en la delegación Azcapotzalco está el paraíso. Ubicado en la calle Miguel Lerdo de Tejada, casi esquina con Tizoc, en pleno centro de la demarcación, se encuentra un método de suicidio más efectivo y placentero que colgarse con una reata de una viga: Los parados de Pepe.

Es una taquería a la vieja usanza, como de las que ya casi no hay, con tortillas hechas a mano, salsa picosa en molcajete, humo por doquier, chescos sin popote, pisos de cemento pelón y tacos de medio kilo de bistec, longaniza o campechanos, sin mariconadas de verdurita o ingredientes farolones. Nada más faltaría que te mataran a la vaca, el perro o el marrano ahí mismo para que eso fuera el cielo garnachal definitivo. Pocos aguantan más de dos tacos, ¡ese sí es ejercicio, esfuerzo, sacrificio y no mamadas! Aquí uno muere por infarto, pero feliz de hacerlo.

¡Provecho!

No hay comentarios.: