domingo, 28 de febrero de 2010

Me gusta el Chile

A diferencia de otras naciones en desgracia, incluida México, Chile sí merece el apoyo de la comunidad internacional.

Para empezar se llaman “Chile”, o sea, ¡qué huevos de un país para llamarse así! Son blanco constante del albur pero a ellos les vale madre, de hecho, cuando tembló (cabe mencionar que como el gran periodista que soy, me tocó dar la noticia en vivo) lo primero que pensé fueron las frases: “me tembló el chile”, “se me sacudió el chile”, “¿sintieron el temblor?... pero el de mi chile”, etc.

Además, el mejor programa de televisión del mundo en estos momentos no es ni el Doctor House, ni Lost, ni Grey’s Anatomy, o las mamadas de Dexter, The big bang theory o Mad Men… ¡Nel! El mejor es 31 Minutos, el noticiario de monitos que pasan en México por Canal 11, el cual es chileno.

Mucho se habla de las argentinas o las brasileñas, pero la verdad es que la mujer chilena maneja muy buen nivel, y a mí me consta. No recuerdo a ninguna famosa ahorita, ya hasta le eché una googleada, pero de que están ricardas, eso que ni qué.

Es un país bien bonito, con ciudades chiquitas, sin grandes problemas de urbanidad o delincuencia, y es considerado por algunos organismos internacionales como parte del primer mundo, porque hasta eso, su economía es más estable y productiva que la de México, cosa que no es difícil porque aquí somos re pendejos.

Por si fuera poco, a los chilenos tenemos que agradecerles leyendas del futbol mexicano como Carlos Reynoso o Iván Zamorano, que vinieron a engrandecer aún más al mejor equipo del mundo: el América. Además de otros que también se rifaron como Ivo Basay, El Chamagol, El Chupete Suazo o Fabián Estay.

En resumen, Chile es chido, hay que apoyarlos ahora que nos necesitan porque ellos sí valen la pena.

martes, 23 de febrero de 2010

Pinches bolivianos

Aprovechando que anduvo el naco de Evo Morales por la Ciudad de México y aún sigue en territorio nacional, quiero presentar el siguiente video que es una muestra de la clase de estúpidos hay por esas latitudes (cada pueblo tiene el gobernante que se merece).



Resulta ser que Rafael Vargas, conductor de un taxi en la ciudad boliviana de Santa Cruz, fue asesinado a puñaladas e incinerado al interior de su automovil el 16 de marzo del año pasado en una gasolinería. La policía tenía el arma, varios objetos personales y un retrato hablado del agresor, el cual se presentó ante los medios como se vio en el video anterior.

Aunque se vea como una broma, no lo es; en realidad la policía de Bolivia sí buscaba a un homicida basándose en ese tipo de indicios creados por la más avanzada tecnología criminalística. El tono del presentador es un prueba de la seriedad del caso. Lo cual ha hecho de ellos la burla de todo el mundo, y aquí una referencia desde España:



Lo más increíble de todo es que el presunto asesino, un hombre de mediana edad y de origen paraguayo, sí fue capturado meses después gracias a la difusión del dibujo hecho por las autoridades... ¡o sea que los pendejos somos nosotros!



El móvil del hecho habría sido una deuda entre el taxista y el paraguayo

lunes, 22 de febrero de 2010

Otra de putos en el metro

Pasó nuevamente en el vagón de hasta atrás del convoy, otra vez en la línea 3 que va de Indios Verdes a Universidad, no es que uno ande buscando anécdotas de homosexuales en el transporte público, sino que esta ciudad está poblada por nacos y huevones que atiborran el metro sólo en el centro del andén por no caminar ni tantito a los extremos, entonces, al principio y al final hay lugares para ir sentado o por lo menos no tan apachurrado.

Esta vez, regresaba a mi sacrosanto hogar de la Súper Narvarte después de ver el show de Polo Polo en el Teatro Blanquita, cuando a la altura de la estación Juárez vi caminar dentro del vagón a un bato vestido con un short de licra blanco, visiblemente carente de ropa interior, con una playera negra pegadita, mochilota, mamdísimo y con una cara de puto que ni Juangabriel, Waltermercado o Fabirú.

Que se me pone junto, pero pus’ uno ni en cuenta. Yo iba recargado en la puerta del lado izquierdo y por el reflejo del vidrio de enfrente vi que repentinamente puso una cara como de vergüenza, como cohibido, se sentía observado, acosado. Al levantar la vista, un tipo como de 45 años; un venerable señor de suetercito, camisa, canas en el pelo, lentes gruesos, libros bajo el brazo y cara de papá responsable, le venía clavando la mirada en el paquete al mariposón.

Pasaban las estaciones y el ruco no le quitaba la vista del chile al otro. Se relamía los labios imaginando lo que había debajo de la licra, se le acercaba de repente, le guiñaba el ojo, le sonreía, ponía jetas como de “métemela ahorita”, al puro estilo albañil sabroseando a culito femenino en la calle, mientras que el putín nomás se hacía güey mirando a otro lado.

Cuando me bajé en División del Norte, el puñeñe de gimnasio salió detrás como despavorido, cuidando que el otro maricón no se lo fuera a tortear. Pero oh sorpresa la mía cuando vi que éste estaba en realidad acosando a otro jotíbiris que venía enfrente. Cuando crucé los torniquetes, nomás alcancé a escuchar cómo lo abordaba con la frase “a dónde tan solo vas guapo”.

Admiro a los volteados por sus técnicas de seducción tan avanzadas.

sábado, 20 de febrero de 2010

Puterías mías

Llámenme joto si quieren, pero espero con ansias locas locas el estreno de la segunda temporada de Glee; la serie de televisión más chikles del universo.



Ya viene, dentro de poco más de un mes sabremos qué pasará con el hijo de Quinn y Puck ¿qué tranza con Finn? ¿El profe se quedará con la güerita loca o perdonará a su esposa la buenota? ¿La china le aflojará las nalgas al de la silla de ruedas? ¿Rachel se encuerará? ¿Bajará de peso la gorda negra? ¿Qué culeradas hará Sue? ¿Cantarán alguna rola de Mijares?

¡Ya quiero!

viernes, 19 de febrero de 2010

La dieta del yogurt

El yogurt es un derivado de la leche, producto de una fermentación bacteriana del lácteo obtenido de los mamíferos, con un alto contenido nutritivo de vitaminas, minerales, sodio y harta proteína. En estado natural es de color blanco, de consistencia espesa y pegajosa.

Entre las muchas variantes, dependiendo de su procedencia, las propiedades nutritivas difieren respecto del género del animal del que se obtenga; mientras que el de la hembra es una sustancia nutritiva, cuyo habitual consumo es positivo para la digestión, la conservación y control de la masa corporal, por el contrario, el del macho sólo engorda.

Por lo tanto, la dieta del yogurt consiste en comer de todo menos yogurt, a menos que sea untado en tibio sobre la espalda o en la cara… pero el chiste es no abrir la boca, ni permitir que entre al cuerpo porque nomás abulta el vientre.

jueves, 18 de febrero de 2010

Casi la libro

El domingo pasado, cuando pensé que me había librado del asco de otro 14 de febrero. Justo después de la media noche, no habían pasado ni dos minutos de finalizado el día cuando estando acostado en mi cama, tapado con mis cobijas, acá bien chingón y a punto de jetearme, llegaron 40 nacos al pie de la ventana de la vecina a ofrecer serenata.

¡Ah chingá! Exclamé patidifuso. ¿Será la televisión? Me cuestioné encandilado. Pero oh sorpresa la mía al salir a la sala y ver todo en serenidad. El sonido de Tatuajes de Joan Sebastian en versión mariachi provenía del pasillo exterior del edificio, mientras que yo lo sentía dentro de mis calzones porque la melodía me penetraba por el culo en mi burdo intento de dormir.

A la entrada del A 109, abajo a la derecha de la mía marcada con el A 111, habían dos cantantes, tres coristas, seis guitarras, cuatro trompetas, dos tololoches y tres violines tocando al unísono como si su vida o la de su pinche madre dependiera de eso.

Asomé la jeta con cara de “si tanto la quieres güey, calla a esos culeros porque voy a matar a tu ruca”. Pero les valió madres y se aventaron el repertorio entero del potrillo, incluidos dos temas de entrada de telenovela del Canal 2 y un par de Pedro Infante. ¡Putos ignorantes que no conocen las de Javier Solís! Prorrumpí encrespado.

A lo largo de dos horas, divagué entre las opciones de disfrutar del gallo, hacerles competencia con mi estéreo y unas rolas de los Temerarios, jalármela o de plano meterme un balazo.

Odio San Valentín y a los pitufos

domingo, 14 de febrero de 2010

San macuarrín

San Valentín es oficialmente el santo patrono de los nacos.

Estimado lector, si usted el día de hoy compró rosas en la luz roja de un semáforo; regaló un oso de peluche con textura sarnosa de los que venden en las cajas del Walmart junto a los chicles y las revistas TvNotas; piensa degustar chocolates pastosos procedentes de un empaque en forma de corazón; o incluso si se atrevió a adquirir en un parque un globo relleno de helio con la forma de Hello Kitty y la leyenda “te amo”, permítame decirle que es usted un macuarro y merece la muerte.

Como cada 14 de febrero, tengo el placer de afirmar que el amor no es de color rojo, no suena a Luis Miguel, no tiene forma de corazón, mucho menos se escucha por el 95.3 de FM, no vienen 24 por caja ni 100 por bolsita, no emite melodías cursis cuando lo apachurras, no se vende en los cruceros ni se adquiere en los Sanborns. El amor se siente, se vive, se demuestra, se goza, se comparte todos los días.

Una paleta roñosa es un gran detalle cualquier día del año, lo que hace de San Valentín algo tan pedorro es que todos lo hacen al mismo tiempo, el aire se carga de una cursilería y un mal gusto innecesario que echa a perder el concepto mismo y la razón de la celebración, tanto que incluso a la gente como yo, que está llena de bondad y buena onda (en serio) termina odiando a la raza humana.

Esto lo he repetido todos los años (chequen el archivo): Chinguen a su madre pinches nacos cursis. Lo bueno es que el universo últimamente se porta chido conmigo y me compensó con una victoria más (porque ya son 15 seguidas) del América sobre el Cruz Azul. Sólo así es soportable un día como estos.

jueves, 11 de febrero de 2010

Retomando viejas... costumbres

Chiclosito, chiclosito, chiclosito, chiclosón… ¡chiclozazo! Así, pasando lista, descubrí que a la universidad no se va a aprender, uno va a ver nalgas, a hacerse chaquetas mentales con las estudiantes, a ver quién afloja.

A eso iba antes y a eso volví. Desde el metro, unos jeans pegados sin bolsas traseras me jalaron el cráneo de las corneas provocando salivación mamadora humectapúbis con tendencias rectales vengadoras. Los suetercitos ligeros enseña-pezón-frente-frío-número32 nomás levantaron mis suspiros seminales, mientras las manos no dejaban de pensar en recorrer superficies nalgueables de orificio a orificio. Pero leve, hasta eso.

De todos sabores y colores, pertenecientes a las distintas “tribus urbanas” (qué caca es ese término), ahí van las marmotas desfilando ante mis ojos; las emos con sus acás pegaditos; las fresotas de faldita, una que otra lesbiana ganadora, rockeras, altas, bajas, güeras y un largo etcétera con sus respectivas chichis bien puestas. Pero al final, todas las viejas se dividen entre las que aguantan y las que no (uy, más de una se me va a ofender con esto).

Flashbacks ñeros tuve cuando waché (¿waché?) a una bola de babosos que están en contra de todo junto al profe Carlos Fazio terminar su cátedra y salir del salón seguido por la parvada de mini stalins, amantes del peje y succionantesdepene del subcomediante Marcos… Ah qué tiempos aquellos en los que tenía que convivir con una bola de hippie-chairos.

La clase de literatura se convirtió en un pretexto para retomar las viejas prácticas de pseudoestudiante que se sienta hasta atrás con las patas en la banca de enfrente, nomás viendo quién es la más buena del grupo, quién es puto, el matado, la piruja, el menso (otro, aparte de mí), la cerebrito y demás fauna nativa cagante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Entre las letras de Rulfo y la canción que tarareaba en mi cabeza, pasaron dos horas en las que al igual que los cuatro años y medio anteriores, no aprendí ni madres y sólo reforcé la idea de que soy demasiado para la academia.

¿quiovo?

martes, 9 de febrero de 2010

Mi lámpara

Los fines de semana se inventaron por algo. Son los días en los que la gente usualmente descansa, por lo tanto hay lugares de recreación abiertos hasta tarde. Se chupa, se va a eventos deportivos, musicales, culturales, se viaja, se juega, se celebra, se disfruta.

Para uno que es un anormal, que descansa los lunes, pus’ sólo se puede escapar de la realidad cometiendo pendejadas como comprarse una lámpara de Don Gato.



¿Está bien bonita no? Es como de cerámica, alumbra un chorro y costó bien cara. Por eso la presumo.

martes, 2 de febrero de 2010

A una mano

Caerse de una moto es chido, porque quiere decir que ibas en una. No es como tropezarse con una cáscara de plátano, chocar contra un poste o ser atropellado por un microbús. Para subirse a una máquina aerodinámica de alta velocidad con un motor perfectamente engrasado de 999 centímetros cúbicos, 300 caballos de fuerza e ir a más de 150 hacen falta huevos… o estar muy pendejo.

Creo que en mi caso fue lo segundo. Me ganó la sensación de ir cortando el viento, inclinarme 45 grados para tomar una curva y robar las miradas de decenas de chicas que mojaron sus bragas en la carretera al verme pasar, tanto que ignoré el hecho de que estaba lloviendo y había piedritas sueltas en el pavimento.

¡Madres! Me fui de lado y quedé tendido en medio de la autopista, mientras la Yamaha FZR 1000 se estampaba contra el muro de contención. Afortunadamente me ocurrió en un área semipoblada y unos ñeros me arrastraron al acotamiento, donde quedé tendido en lo que ellos llamaban a una ambulancia y a mi familia.

Pinches rescatistas sirven para pura madre, porque jamás llegó la chingadera esa, permanecí tendido boca arriba y bajo la lluvia como 20 minutos hasta que le cayeron mi abuela y una tía que vivían más o menos cerca de donde me rompí el hocico, en tanto que mis salvadores intentaban encuerarme quesque para ventilarme o no sé qué pedo (cosa que impedí). En ese momento me acordé del fotógrafo gringo Brad Will que balearon el Oaxaca los de la APPO… ¿por qué lo dejaron en calzones si traía un tiro en la panza?

Ya en urgencias, descubrí que aparte de las ambulancias, los hospitales públicos son una mamadota; estaba yo todo puteado, con el pantalón y la chamarra rotos, con un reboso deteniendo un brazo lastimado y goteando sangre, y la pendeja que hace el aseo todavía me pidió que me levantara de la banca quesque porque iba a trapear.

La muy jija lo hizo dos veces, porque después de casi arrastrarme al asiento de enfrente, también me ordenó levantarme de ese para pasar su pinche jerga culera. Una hora después de quejarme del dolor, con los ojos en blanco, de estar babeando y sangrando, salió una enfermera desde un consultorio que estaba hasta el otro lado de la sala nomás para decirme que me aguantara tantito porque el puto del doctor estaba atendiendo a una gorda con almorranas.

Media hora después, cortaron mi ropa para revisar todo el pedo. Dejé ensangrentada la máquina de rayos X. Arranqué un pedazo de cama de una mordida cuando lavaron mi herida, porque el ojete del matasanos me dijo “vas a sentir como que te echan chile piquín” y yo sí sentí el chile… pero como si me lo estuvieran metiendo por el ano porque la Lidocaína me ardía hasta en las uñas. ¿Y qué no esa madre nomás surte efecto en las mucosas? ¡Médico ignorante!

Total que salí de ahí con cabestrillo, con una raspada en el brazo que me llegó hasta el hueso (se evaluó la posibilidad de injertarme nalga para reparar el tejido), un vendaje mal puesto, todo ardido y dolorido porque hasta eso, los méndigos no me recetaron chochos para calmar mis ganas de cortarme la mano. Puteadísimo, escribo estas líneas con una mano y una comezón de la reata. Si pensaban que jamás me subiría a una moto de nuevo… ¡Nel! Lo voy a hacer, en primera porque soy cabrón y en segunda porque en 10 años que llevo de manejarlas, es la primera vez que me pasa.