Eclicse

Eclipse
Calificación: Placer culpable

La nueva película de vampiros jotolones está padre. Casualmente es la mejor de las tres que se han hecho, pero está basada en el peor de los cuatro libros… bueno, por lo menos de los tres primeros, que son los que he leído, porque como lo he dicho antes, soy naco pero leo, lo mismo estas mamadas, que uno de Paul Auster o Emile Cioran y hasta a Monsiváis.

El chiste es que en esta sí pasan cosas, sí se agarran a madrazos, los vampiros sí se comportan como tales y la gente sí se muere, lástima que para ello tenga que pasar una hora o 400 páginas de de cursiladas infames, en las que la vieja esta, que cada vez me gusta menos, se la pasa indecisa sobre si irse con su chupasangre o con el perrote.

Se trata de que Bella (se pronuncia “Bela”) y el Edward, que siempre me ha parecido como Yahir el de la academia pero con SIDA, se van a casar porque están bien enamorados, pero su amor está amenazado por unos vampiros que son malos y que están armando un ejército para acabar con su clan, por eso se deben aliar con los hombres lobo, quienes están dirigidos por un güey así todo mamado que también quiere con la chava, entonces hay como un triángulo amoroso interracial.

Hay escenas de batalla campal súper fregonas, además de que al igual que la pasada película está musicalizada con rolas de Muse y grupos acá bien chipokles, pero es cursi cursi cursi como de chismógrafo de secundaria, con frases así como de “oh sí, pasemos la eternidad juntos”… me dieron ganas de guacarear.

Eso sí, si no han leído los libros o visto las películas anteriores, ni lo intenten porque sin los referentes previos adecuados no se entiende nada de esta tercera parte. Y todavía le falta una.

Lo que me dejó como aprendizaje Eclipse, es que jamás deberé volver al cine en miércoles otra vez porque va mucho naco… ¡como les cuesta menos! El colmo ya fue cuando el lobo se quitó la playera y una chavita se vino en su butaca en la parte de atrás de la sala.

¡Ash!