sábado, 28 de febrero de 2009

Burguers

Si ya de plano lo que se quiere es meterse un atascón acá todo bastardo, de esos que dejan a dos calorías de un coma diabético, donde se te llena de comida un pulmón, el colon a punto de desbordarse y con el cinturón recorrido dos hoyitos… permítanme recomendar unas burguers bien buenas y tamaño nomames.

Por los rumbos de Satélite, al norte de la ciudad de México, están las hamburguesas de La Cabaña de Fuentes, que es un carrito ubicado en la banqueta precisamente de la Avenida Fuentes de Satélite.

Para llegar hay que agarrar el periférico hasta el norte y salirse después de pasar el centro comercial Plaza Satélite y tomar el Circuito del Parque, luego el Circuito Misioneros, Circuito Dramaturgos y al bajar del puente ya en Fuentes de Satélite, del lado derecho hay varios carritos de garnachas, el primero de ellos es el de las hamburguesas de la Cabaña.

Parece complicado, dos dos, o sea, ¡es hasta satélite!... allá por casa de la reata, pero psss vale la pena. También llegas por la Vía López Portillo y te clavas en Dramaturgos y llegas bajando el puente; está frente a un Seven Eleven, no hay pierde.

Lo nalga de estas burguers es que hay de varios tamaños: la chica; la junior, la grande, la extra grande, la jumbo, la ah no mames y la vete a la chingada… la menor de ellas es como de medio kilo, porque a parte del pan y la carne, le echan tocino acá bien bastardo, piña a lo güey, unos jamones y pa’ equilibrar el pedo; lechuga.

Yo me jamé una grande, o sea una mediana, que ya de por sí era una mentada de madre porque te dolían las comisuras de los labios y la quijada de tanto abrir el hocico y masticar un kilo de carne.

Para preparar la más acá, matan a la vaca enfrente de ti y la guisan entera en la parrilla… bueno no, pero igual y sí cada hamburguesa es como de a becerro.

¿A qué sabe? Al chile ya ni me acuerdo… sabe a carne, bien cocida, con sus complementos acá chingón de capsú y chilorio… o sea, están reatas, grandotas y pss es una hamburguesa

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