viernes, 23 de agosto de 2013

Fuera donas engañosas

Para superar una despedida amarga, hacer tolerable una larga espera, calmar la tripa después de un viaje prolongado, prepararse para un ayuno o simplemente porque uno es un atascado y parece gorda embarazada con antojos, nada mejor que un café o un chocolate caliente, acompañado de una dona rellena dulce, de esas que con cada mordida se corre el riesgo de quedar todo batido por la mermelada que se desborda entre los dedos.

Es por eso que la cafetería de donas Krispy Kreme del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México era tan importante, porque estaba situado en un punto estratégico, justo entre las dos salidas de llegadas de vuelos nacionales, en la Terminal 1, para que uno pudiera desahogarse como obesa deprimida por cualquiera de las situaciones antes enumeradas.

Lamentablemente los encargados de atender ese changarro eran unos gandallas y por eso el martes pasado la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) les puso su sellote de clausura, para que ya no se pasen de lanza con gente que, como yo, era atraída con la foto en la entrada de una suculenta dona rellena de frambuesa, que se antoja hasta sin estar con el dedo en el gatillo, para después salirte con que ya nomás hay glaseadas y de las sencillas.

Porque además los ojetes no le quitan el letrero a la charola y uno piensa que efectivamente hay de todos sabores, cuando en verdad lo que tienen son las sobras de todas las demás sucursales, que no satisfacen mi mamón paladar.

¡Chá!

1 comentario:

Arevalo dijo...

Saludos.
¿Los denunciaste?
:)