lunes, 13 de febrero de 2012

De candidatos a candidatos

Una palmada seca y contundente estremeció mis nalgas cuando me encontraba mirando encabezados en un puesto de revistas. Al voltear, descubrí un pegote propagandístico con la cara de Martí Batres Guadarrama adherida en mis glúteos, desde donde el perredista se catapultaba a ser jefe delegacional en Iztapalapa, luego de súper pelársela en la contienda interna por la Jefatura de Gobierno del DF.

A mi alrededor, todo estaba tapizado con su sonrisa falsa y su pose de niño sin amor, incluida mi retaguardia y eso que ni siquiera estaba yo en la delegación Iztapalapa, cuya actual administradora, Clara Brugada, está a punto de entregar la oficina sin haber hecho nada relevante por las 2 millones de personas que ahí viven, quienes pusieron sus vidas en sus manos, a diferencia de mí, que yo no le confiaría ni mi coche para que me lo lavara la pinche vieja esa.

Lo mismo pasa en todas las demarcaciones, en donde la Ley de Publicidad Exterior visita la entrepierna de los precandidatos, por más chafas y pedorros que estos sean.

Para acabarla de amolar, en Miguel Hidalgo el único aspirante que no estaba para dárselo al perro se acaba de rajar, pues Luis Wertman Zaslav declinó el jueves pasado, para mala suerte de los habitantes de esa demarcación, ya que el presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del DF es un cuate muy preparado y bien buena gente.


Aparte

Atrapado en el tráfico dentro de un pesero que parecía desarmarse, bajo la lluvia y sorteando baches y obstáculos de las obras de la Línea 12 del Metro, me encontraba yo observando con nostalgia la ventana que escurría por dentro de la unidad. De pronto, una imagen que se repetía en el panorama del poniente de la ciudad llamó poderosamente mi atención.

Llevaba cerca de una hora observando el mismo cartel propagandístico pegado miles de veces a lo largo de la avenida, en postes, paredes, semáforos, árboles y paradas de camión, cuando descubrí que Alejandro López Villanueva, precandidato a jefe delegacional en Tláhuac, ¡es el payaso Lagrimita!

¡No mames! ¡Son igualitos! Aprovechando lo empañado del vidrio, comencé a dibujarle encima del rostro y bajo su rizada melena el maquillaje del también padre del payaso Costel y sí, efectivamente, el perredista y panchovillista es el intérprete de obras maestras de la canción infantil como ¡Qué barato! Y La balada del vagabundo.

Al final, me sorprendí de cómo es que alguien con tanta fama y carisma haya podido perder las últimas tres contiendas internas del partido para definir al aspirante a delegado en Tláhuac, sobre todo ante Fátima Mena Ortega, Gilberto Ensástiga Santiago y Rubén Escamilla Salinas, los últimos tres gobernantes, que resultaron ser unos taradazos.

Será mejor que guarde todas sus mantas, porque igual las va a necesitar en tres años más, ¡porque se la va a volver a pelar!

¡Chá!

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