lunes, 19 de enero de 2009

Mimetismo

Dos de la mañana, el Milán está hasta su madre y para llegar a la barra a pedir tragos tienes que atravesar a empujones un mar de gente, por eso el Mael salió cargando cual bebé en brazos cuatro chelas de un jalón, preciado tesoro de aquellos que para hidratarse toman algo que los va a deshidratar a la mañana siguiente. Ironías de la vida.

¿Eso me pareció irónico?... chale, ya estoy muy pedo.

Yo con mi cuarto mojito en fila en mano, veo a la banda a la distancia perderse entre la multitud. Vuelvo la vista y sigo platicando con esta vieja de la cual no sé un carajo y a la que llevo escuchando casi dos horas. Bajo la mirada, “sí aguanta” me digo a mí mismo… y su amiga más.

Tres de la mañana, dos mojitos después (yo qué, están buenas esas madres) y la música para correr gente comienza a colarse entre los clásicos de Soda Stereo.

-Tú no bailas nada de nada verdá- pregunta ella
-Ah cómo no- digo mientras con un salto cruzo las piernas para girar sobre mi eje y remato con un contoneo frontal que es usado para arrimarle el mueble. Ella no reacciona y en mi mente pienso “ya chingué”… o “ya te chingaste”. que al cabo es lo mismo.

Última llamada, este bule asqueroso cierra en diez minutos y la banda se enfila hacia la salida. Me preguntan si me voy con ellos, yo digo que sí pero luego una voz dice “no te ibas a ir con nosotros”, entonces me hago pendejo y suelto un “luego los topo”.

Afuera, la nueva banda me dispara unos jochos. No sé cómo se trepan siete cabrones y yo en el pequeño Peugeot, pero así enlatados llegamos a un Oxxo donde abastecemos el pedo, o la peda, con dos sixes de modelos, unos chicharrones de cerdo y unas chips verdes.

Caemos a un departamento en Bucareli que bien podría ser mío a juzgar por la decoración a base de posters de los Beatles, muñequitos, cómics y revistas porno. Se revive el desmadre con rolas de Muse.

A las seis y media de la mañana caigo en cuenta de que no conozco a ninguno de los güeyes que están platicando conmigo a pesar de que con singular alegría les relato mis historias como héroe de guerra y ellos me llaman por mi nombre o con el mote de ‘carnal’… ¡chá!

Veo sus rostros y seguramente uno está pensando que yo vengo con el otro, y el otro piensa que soy acompañante de la otra, y la otra ha de pensar que jalo con alguien más, pero la verdad es que nunca en mi hedionda vida había visto a ninguno de los dos cabrones que estaba ahí, ni a ninguna de las cuatro rucas que platican al centro de la habitación.

Un leve análisis y la verdad aquella con la que yo estaba hablando ni está tan chida, es más, todo lo contrario, en mi juicio y con pleno uso de toda mi antipatía y mamonés no le hubiera dirigido nunca la palabra. Volteo y veo a su amiga quien alegremente brincotea sacudiendo sus redondos senos por debajo del suéter morado al rítmo de una rola de Kiss y pienso que no está todo tan mal.

¿¡Kiss!? … ¡No memes caun’! qué pedorro está este desmadre. Hora de aplicar la huida clásica, jalo y alguien jala conmigo, me despido como si llevara años conociendo a esa banda.

-A ver cuándo hacemos otra cosa no güey
-Sí puto no mames- contesto ocultando el repentino miedo que me da estar ahí.

En el raite que le doy a uno de esos dos que ahí estaban, el pendejo me dice que creyó que la morra con la que estaba era “mi morra”… ¡no mames! Lo tiré en el primer lugar donde pude y me enfilé derechito a mi casa… chinguen a su madre yo tengo que ir a dormir.

1 comentario:

Unknown dijo...

Yo la vi y no estaba tan mal...o eran las chelas? Un mojito más y le proponías matrimonio no te hagas jajaja. Saludos, espero esté todo chido.