lunes, 12 de enero de 2009

Bienvenida

Después de un año de espera, al fin Carmen Aristegui regresó a la radio… ¡Puta… y yo sin tubos! …como diría Carlos Marín y la banda de Milenio (saludos).

A partir de las seis de la mañana, en lo que antes era una estación grupera de poca monta, escucharemos a la defensora de las causas perdidas, a aquella que defendió a capa y espada la idea de que unos soldados calentones hubieran violado a una anciana en un pueblo perdido en Verazcuz, a la que le pegas sus chivos (periodísticamente) a Andrés Manuel López Obrador cada que lo invita a hablar en los medios, a aquella que es la voz e imagen del llamado Red Set en México.

A penas entró al aire y luego luego se calificó a sí misma como un mártir de la noticia, a la que el poder intentó inútilmente silenciar, la que siempre dice la verdad, la periodista incómoda y la dueña absoluta de la verdad.

¿Qué periodista que se jacte de serlo se convierte a sí mismo en noticia? A quién se le ocurre ponerse como el centro de la nota, a quién se le ocurre presentar su regreso al cuadrante en un acto público cual mitin político en el que además asisten personales de la vida política ¿Dónde está la objetividad?

Que un personaje tan radical como Rosario Ibarra asista a tu presentación y te apoye, siendo un comunicador que pretende ser imparcial, ya le da al traste y manda a la reata cualquier título de periodista que trates de adjudicarte, porque inmediatamente te carga hacia un lado de la balanza informativa, automáticamente tomas partido.

Y no sólo porque yo crea que el PRD es caca, si fuera alguien del PAN o del PRI sería igual de detestable, porque te conviertes en vocero, en panfletero y parcial, no porque yo editara y corrigiera alguna vez lo que escribía esa vieja horrenda en el periódico El Universal, no porque me torturara cada martes con su discurso de porquería sobre los poderosos y el demagógico término de “el pueblo”… ¡güey, eres senadora de la república! ¿Qué puedes decir en contra del poder y a favor los pobres cuando ganas más de 100 mil lanas al mes?

Lo que Carmen y sus fans no entendieron, es que esto es un trabajo, donde si te corren o no renuevan el contrato es porque así funciona el mundo, porque vas o no con los intereses de la empresa, y si no, agarras tus cosas y te vas a donde te quieran… somos comunicadores, no ministerio público (hay sí... oye al pinche comunicador).

Qué bueno que regresó, eso quiere decir que hay pluralidad en este país, que diga lo que quiera porque para eso hay libertad de expresión, y por tal motivo puede no gustarme y puedo opinar lo que se me hinchen los huevos sobre su pedorro discurso y tan hay libertad que puedo decir Carmen: ¡Chinga tu madre!

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