martes, 26 de diciembre de 2006

¡Se murió su padre PERRAS!

Bueno... su padrino


James Brown, el padrino del soul, el hombre más trabajador de la industria de entretenimiento, y una riata de proporciones bíblicas, murió ayer 25 de diciembre (sí, en plena navidad... por hubiera alguien que no estuviera ya deprimido) a los 73 años (según él), víctima de un infarto que le provocara la neumonía de la cual sufría desde el domingo, cuando fue internado en el Hospital Emory Crawford Long de Atlanta.

James Brown será recordado por su legado musical y por la larga lista de artistas a los que directa o indirectamente influenció, desde los más obvios como Michael Jackson hasta todos los raperos del mundo.
En México estuvo un par de ocasiones, la última en febrero del año pasado, a la cual asistí con la idiota idea de que si no lo veía esa vez, jamás lo haría de nuevo ya que podría morir. Bromas del todavía más estúpido destino, así fue.
El auditorio nacional ese 25 de febrero de 2005 bailó por casi tres horas a ritmo de soul, en una de sus típicas presentaciones en las que como él siempre acostumbraba, su show ocupaba más tiempo en el escenario que su propia voz.
Murió y nadie lo recordará como recordamos a otros que han partido; no se venderá "lo mejor de" en los vagones del metro, ninguna estación repetirá sus canciones hasta el hartazgo, no veremos programas especiales en la tele ni mucho menos alguien llorará su partida, todo gracias a que muchos sólo conocen un par de canciones gracias a Universal Estereo o los nacos de Mix FM.

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