domingo, 15 de enero de 2012

El narco taquero

La oscuridad de la noche fue interrumpida por las llamas que emanaban de una camioneta abandonada frente a uno de los accesos al centro comercial Santa Fe, metros adelante de donde se encontraron dos cabezas humanas (ninguna era la del empresario madreador Miguel Sacal Smeke), cuyos cuerpos se consumieron por el fuego dentro el vehículo.

En la escena, un mensaje dirigido al Chácharas y al Elegante, supuestos allegados a Héctor Beltrán Leyva, alias el H, dio cuenta de lo que las autoridades capitalinas han querido negar durante meses: la guerra entre narcos está aquí, tal como lo dice la firma en el texto adjudicado al Cártel de Sinaloa, cuyo líder es ahora conocido por ser el ídolo máximo de Kate del Castillo.

Ese hecho, ocurrido la madrugada del jueves pasado en la esquina de Prolongación Paseo de la Reforma y la calle Juan Segura, tuvo otras víctimas además de los dos descabezados chambuscados al interior de la Honda CR-V negra con placas LWJ-6628 del Estado de México.

Se trata de todos los empleados de los corporativos de la zona (sobre todo el cerdo de Alfredo Díaz), quienes acostumbran a salir a comer en el puesto de barbacoa que solía instalarse en ese sitio ahora acordonado, cuyo mayor atractivo era la salsa borracha que preparaba el taquero, la cual tenía la característica de almorranar hasta a la cola más curtida.

¡Chá!

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