Como el Kikín

Francisco “Kikín” Fonseca nació futbolísticamente en el año 2000 con los Reboceros de La Piedad, escuadra con la que ascendió a Primera División, y dos años después fue traspasado a los Pumas de la UNAM.

Con el equipo universitario vivió sus mejores años al conquistar el bicampeonato en 2004 y en 2005 fue transferido al Cruz Azul. Tras sus buenas actuaciones, emigró a Europa con el Benfica de Portugal, que pagó por él 6 millones de dólares.

Fue seleccionado nacional, jugó el mundial de Alemania 2006, se anduvo dando a Jackie Bracamontes, era portada del TvNotas, hacía comerciales de detergente y era considerado el futbolista más carismático del país.

Sin embargo, el Kikín no logró triunfar en las ligas mayores. La liga portuguesa fue demasiado para él y regresó a México para sumarse a los Tigres de Nuevo León, donde no ha dado una, anota un gol cada seis meses y hasta ha sido relegado a las reservas para morir en el olvido.

Desde hace tiempo me he dado cuenta que soy como el Kikín Fonseca, pero del periodismo; yo también destaqué desde muy chavo. Era considerado una joven promesa, un talento, fiché con grandes equipos.

Me hice de la titularidad a base de buenas actuaciones cada vez que entraba de cambio. Anoté varios goles de antología, remataba bien de cabeza, movía la bola con destreza, tenía visión de campo y además corría los 90 minutos del partido.

Desafortunadamente, cuando se trató de jugar en primera división, al lado de las grandes figuras, de marcar a Ronaldo en un tiro de esquina o parar a Messi en medio campo, fui ampliamente superado.

De ser miembro del once titular pasé a la banca y de ahí a la tribuna. A veces ni a los entrenamientos me convocan y cuando de repente entro a jugar unos minutos, no logro hacer “la gran diferencia”.

He cambiado de posiciones, para tener más oportunidades, pero ni así. Al igual que el Kikín, me coloco bien en el área, me llega el pase y vuelo la pelota. Anoto goles, pero el árbitro me agarra en fuera de lugar o no influyen nada en el marcador.

Porque desde hace mucho tiempo, mi nombre ya no es coreado en el estadio.