martes, 20 de octubre de 2009

Atoraciones y atorancias

De no ser porque cada mes tengo que aflojar una lana a Hacienda y andar pidiendo facturas por todo, la neta es que me valdría madres que el IVA esté en 15 o en 80 por ciento, yo ni sabría qué fundos es el ISR o el IETU, ni traería en la cartera mi RFC enmicado, ¿para qué?

Pero como soy una de las poquísimas personas en este mugre país que paga sus impuestos, tengo el derecho de enchilarme la cola porque una bola de ojetes no lo hace y quiere recibir todos los beneficios de aquello que el priismo jurásico alguna vez denominó “estado benefactor” (no si sí me acuerdo de mis clases de historia en la Facultad).

El problema de México, a diferencia de otros países, es la baja recaudación de impuestos que tiene (y eso lo sabe hasta el puto de Andrés Manuel), por lo que una minoría muy menor (así escribo yo y qué pedo) es la que se encarga de sostener al país, mientras que el resto se encarga de pedir pal’ taco en los vagones del metro, vender pirata en las calles o vivir de los beneficios del acarreo político permanente.

En fin, como bien lo han propuesto un chorro de gentes, gravar con IVA a los alimentos y medicinas garantizaría automáticamente que el 100 por ciento de los mexinacos contribuyera a hacerle el paro a las finanzas del gobierno para invertirlo en obra pública y servicios sociales. Pero como en este méndigo rancho una bola de zoquetes se escuda en los pobres para obtener su tajada política, defenderán el hecho de atorarnos a los pocos que cumplimos con tal de no afectar a sus huestes, que al final de cuentas les dan pa’ tragar cada tres años.

Ese dinero, lo peor, es que va a ir a parar a las bolsas de Fernández Noroña para que vaya a madrearse con la Policía Federal frente a Palacio Nacional; para financiar la campaña de AMLO por todo el país y pagarle su sueldo de presidente de chocolate; o para que un diputadete del PRI se robe unas biclas.

Gran pedo es también el hecho de que hay cacasgrandes del mundo pípiris que también son evasores millonarios que nomás refuerzan la idea tradicional nahuala de que ser rico o tener dinero en México es casi casi pecado. Cosa que me recordaron ayer con la frase de “ah se me olvidaba que a ti sí te ha ido bien en la vida verdá”, como diciendo “ah, se me olvidaba que tú no eres banda”, sólo por el hecho de comprar mis discos en Mixup.

Entre que son peras o manzanas o mis calzones remojándose en cloro, para quienes pagamos nuestro derecho de vivir aquí, nos van a atorar con más IVA, más ISR, más reata por el chimuelo mientras una bola de miserables seguirá exigiendo su chiche de papá gobierno.

Chinguenasumadre!

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