martes, 22 de septiembre de 2009

Idiolatría

Luego de hacer un profundo, sesudo, reflexivo, serio y sobre todo sensato análisis de los recientes hechos violentos ocurridos en la Ciudad de México, he descubierto que en nuestro país nos gusta idolatrar pendejos.

Esteban Cervantes, quien fue calificado como héroe al morir tratando de desarmar al asesino del Metro Balderas, es un reverendo imbécil. Perdónenme pero discúlpenme pero no mamen, sé que es una culerada hablar mal de los difuntos, pero esque ¿a quién chingá se le ocurre?

Si analizamos el video con calma, este cuate se aventó “como el borras” (osease a lo tarugo), cosa que en principio sí es un acto heroico, pero la ejecución del mismo no fue del todo afortunado ya que en lugar de llegarle con un putazo en la jeta o un patín en los huevos, le metió un empujoncito maricón que sólo dejó a nuestro Van Damme región cuatro en ridículo.

No contento con el osote que acababa de hacer, Esteban Cervantes arremetió de nueva cuenta tratando de sujetarle los brazos al loco ese, pero se tropezó con una prenda que quedó tirada en la corretiza de la gente, quedando nuevamente a merced de Luis Felipe Hernández, nuestro Osama Bin Laden de petatiux.

Idiota uno y el otro más, la tercera intentona de heroísmo chaqueto quedó resumida en una patada desde el piso a manera de gato defendiéndose boca arriba, para culminar en un intercambio de manoteos al estilo pelea-de-niñas-de-la-secun y otra detonación del arma homicida.

En el siguiente movimiento, por si no fuera suficiente humillación, el aspirante a Bruce Willis de la albañilería arremete casi a gatas para estrellarse de boca contra el vagón del metro, cosa que de plano le colma la paciencia al agresor y le mete un tiro en la cabeza, tras otro leve pero patético intento de heroísmo.

Cabe destacar que durante la comillas, trifulca, comillas, hay otros tres babosos que rodean a Luis Felipe Hernández aparte del fallecido; el de camisa azul que va acompañando los hechos hasta que lo hieren y otros dos que aún teniéndolo de espaldas y a su merced, jamás le meten un madrazo o algo.

En fin, Esteban Cervantes murió en primera instancia por no pensar las cosas y tratar de detener solo a un hombre armado que acababa de meterle de balazos a un policía; por entrarle sin decisión a los madrazos e insistir en la idea aún cuando tuvo varias oportunidades de huir al verse rebasado por un güey que le disparó en por lo menos cuatro ocasiones y no le dio.

Por si no fuera poco, del judicial que llegó muy nalga pegado a la pared y detuvo al loquito esquivando plomazos nada se dice, menos cuando sus compañeros que iban detrás de él actuaron nomás al ver que ya lo tenía sometido… ¡pinches tan putos!

Resumiendo, "el héroe de Balderas"(sic) no salvó a nadie porque el "asesino de Balderas" no sabía tirar y nomás se cargó al que se la hizo de pedo, sino ni nos damos cuenta. Pobre del muertito, es el único mexicano que ignora que la raza le entra a los chingadazos hasta cuando ya ve ganada la batalla.

En fin, eso se suma al contexto del mes de septiembre, cuando le prendemos veladoras a un escuincle ficticio que se cayó del castillo de Chapultepec al tropezarse con la bandera y cuya batalla encima perdimos por goleada. Cuando vitoreamos a un clon de Carlos Bianchi que salió a alentar a las masas y murió fusilado al poco rato. O qué me dicen del tal Iturbide que después de consumar la independencia se le fundió el pex y se autodenominó emperador. Ya ni hablemos de Juárez (porque eso es en marzo) que cuando Félix Zuloaga le usurpó el poder se fue a Estados Unidos y desde allá se pronunció “presidente legítimo” y cuando ganó la guerra de reforma se quería perpetuar en el poder, de no ser por Don Porfirio… ¡uts! ¿le sigo?

El chiste es que, entre Josmar y el asesino del metro, pasando por los personajes históricos, funcionarios y ex funcionarios, presidentes, deportistas y demás entes de la cultura popular… este país no está chido.

1 comentario:

CorvusBellator dijo...

Realmente parece que hasta envidia tienes del pobre difunto. Al menos él tuvo el ánimo y el coraje para hacer algo cuando nadie más hizo nada. Me hubiera gustado verte en esa situación para ver las estrategias tan elaboradas que hubieses ideado y que pondrías en práctica bajo la presión que implica un incidente violento y el riesgo de perder la vida.

Supongo que tú si serías un buen sustituto para tantos héroes de acción que citaste, ya que has expuesto a detalle los procedimientos adecuados para contener la situación de una manera dignamente hollywoodense.

Es cierto. En este país idolatramos a pendejos, pero lo más triste es que acabamos leyendo reseñas que hacen leña del árbol caído para hacerse notar. Realmente es conveniente opinar sobre alguien que sabes que no te podrá responder.

Este es el quinto post que leo en tu blog (comencé con la crítica a la película de olallo rubio y decidí leer otros posts para ver si había algún contenido que valiese la pena) y realmente te acabas de convertir en una buena razón para no tener uno.

Veamos: "profundo, sesudo, reflexivo, serio y sobre todo sensato"

Cito: "...ya que en lugar de llegarle con un putazo en la jeta o un patín en los huevos, le metió un empujoncito maricón...". Si. Realmente este tipo de expresiones dan muestra de tu profundidad, sesudez, seriedad y sensatez. En cuanto a la "reflexividad", tal vez has tenido que aventurarte por sendos vericuetos mentales para recordar los nombres de los protagonistas de las películas que has visto. Bravo.

Para terminar, si bien este texto ha sido dedicado a tí, sirve a un propósito ulterior: alertar a los incautos que caigan en este tipo de medios expresivos en cuanto a que pueden encontrarse con contenidos pobres y estúpidos en cualquier esquina de la red.

Honestamente espero que en lugar de criticar estúpidamente encuentres la manera de escribir menos para tí y más para los demás.

En suma: Tal vez idolatramos pendejos como él. Pero estos pendejos idolatrados generalmente son del tipo de los que hacen, en lugar de ser de los que hablan... como tú.