sábado, 19 de septiembre de 2009

Ahora

Esta vez no fue cuestión de afinidades o coincidencias. No se trató de compatibilidad de personalidades ni de futuros posibles. No hay obsesiones, odios o amistades. No fueron sus ojos o su boca como decía el príncipe de la canción. Ahora la ternura fue la diferencia.

Es esa afección que le agrega el “ita” a su nombre la que me atrae y me impulsa a seguir. Con un poco menos de miedo que en veces anteriores. Con un poco más de ganas. Con algo más que dar a parte de lo que ya antes me han rechazado.

Un poco prohibido, un poco incómodo, un tanto loco. Pero así es la vida.

¡Chá!

1 comentario:

Mael dijo...

No se enamore. Están de weva sus posts de amor. Mejor diga vulgaridades, que es lo que le da el alto reitin a su bloc.