Relaciones exteriores

Las relaciones entre México y Estados Unidos ya están en un nivel de “chinga tu madre”, “vete a la reata”, “pégame un chivo”, “hazme una chaira”, y todo por el asunto del narcotráfico.

Está bastante claro, y así lo tienen los gobernantes de ambos países, que el crimen organizado está cabrón, que de aquí se va la droga para allá porque hay corrupción, así como allá entra porque ellos no venden piñas… todo lo contrario, le venden armas a los cárteles.

Ambos gobiernos (no hablo ni del chaparro ni del negro sino de la puerca infraestructura que va desde el oficial más pinche hasta los altos mandos) son unos cerdos, porque durante años han permitido que rolen los harinazos y ahora cuando la banda ya se puso más punk es cuando deciden quesque “actuar”.

Ellos, los gabachos, quisieron verse muy nalgas aflojando un varo para que aquí se armen los putazos (Iniciativa Mérida), así como diciendo “’ahistá, ‘ahistá, no chillen putos, les vamos a ayudar”, echándonos todo el pedo a los mexicanos, como si la droga al pasar la frontera desapareciera por arte de magia.

Pero ¡oh marrano! No contaban con que la clase política de aquí tenía sentimientos también y luego luego brincaron y dijeron “nooo psss al chile que no se hagan pendejos y dejen de pasar armas acá que nos están abaratando”.

Entonces se armó el desmadre; entró la crisis, se recortó el dinero, hubo señalamientos de ambos lados, el gobernador de Texas ya dijo que hay que militarizar la frontera, Gómez Mont y Calderón pidieron responsabilidades compartidas, Obama dijo que nel, bueno primero que sí, luego que nel, luego un funcionario de allá dijo que hay lugares donde la justicia mexicana no llega, entonces soltaron el madrazo de que el Chapo salió en Forbes, aquí todo el mundo les dijo que no mamen, allá se indignaron y están a dos segundos de un “chinga tu madre” oficial.

Todo porque nos seguimos haciendo pendejos y no la legalizamos. (¡Güey! me sentí como Brozo contando un cuento), o sea, psss si la mota es chida ¿qué no?

Lo anterior, tooooodo el chorote, nomás de pretexto para hablarles de un nuevo descubrimiento de Industrias Manterola, inventos que te puedes meter por la cola (¡Puta! ¡Qué pinche slogan tan perrón!), ya que el otro día, así nomás de guasa, agarré y le metí cocaína a una morra por el culo.

A reservas de parecer presumido, la otra vez estaba yo en una horchata; ya todos bien pedos y súper acá, entonces voltié y vi que en una mesita había un montoncito de polvo blanco, y dije “¡a cabrón!”, quién habrá sido el descuidado, y pensé “qué pasa si…”, que me desconecto, agarré, le espolvoreé y ¡trácatelas!

Como buen hombre de ciencia que soy, observé y documenté los resultados; la cocaína inhalada tarda de 10 a 15 minutos para alcanzar sus efectos máximos en el sistema nervioso, la cocaína (jajajaja ya iba a escribir “cacaína”) vía rectal lo hace en cuestión de segundos.

La cuestión es que en la nariz hay mocos y pelos que filtran de alguna manera lo que entra al cuerpo, en el rabo no. Por tal motivo la morra se puso loquísima; se retorció como tlaconete con sal, se le voltearon los ojos y se vino 42 veces en dos minutos… no murió.

Ante tales resultados, decidí ampliar los sujetos de prueba para extender la muestra y obtener un dictamen más preciso, en otras palabras… ¡trácatelas! con otras viejas, y resultados más cabrones: alucinaciones, pérdida del habla, amnesia, incremento del apetito sexual y ceguera temporal, pero todo en buena onda, o sea ninguna se quedó pendeja, discapacitada o muerta.

En una de esas, como Bruce Baner, decidí experimentar conmigo mismo… pero se me abrió… ¡no!... me dio frío mejor dicho porque lo otro indicaría que sí me la metí por el nomeniegues.

Próximamente más resultados de este invento de Industrias Manterola, inventos que te puedes meter por la cola.