miércoles, 12 de marzo de 2008

Razón de ser

Freud divide tres grandes estructuras clínicas del psicoanálisis: obsesión, histeria y fobia. La estructura como una marca fundante del sujeto, es decir, nadie nace con una estructura ya dada sino que se construye.

Para la curación de un estado patológico como la histeria se emprende el camino de la investigación anamnésica (anamnesis: conjunto de informaciones sobre un enfermo relativas a su historia personal y su enfermedad). Los enfermos reconocen ellos mismos la contracción de aquellos síntomas neuróticos.

En un ejercicio de autoreconocimiento planeo del ser, mi ser, identifico la razón de mi histeria sentimental, razón que tiene nombre y se llama Berenice, no digo los apellidos por razones de confidencialidad y además porque creo que se los cambió.

En fin, corría el año de 1998, México había hecho una participación memorable en la copa del mundo celebrada en Francia, al final del segundo año de secundaria descubrí mi vocación escribiendo un ponzoñozo artículo en la gaceta escolar que a la postre llevó al despido de un directivo del colegio y a mí a una vida de estrés continuo atrapado en la redacción de algún periódico. En la segunda mitad de ese año, conocí a una niña cuya personalidad extrovertida me abrumó al tiempo de atraparme. Para el mes de abril del siguiente año, aquella, fuente de exasperación continua, chica más guapa de toda la escuela, ya era mi novia.

Hecho frustrante producto de mi incapacidad de trasmitir cualquier sentimiento de cualquier forma posible, resultado del apabullamiento a raíz del hecho mismo, o en otras palabras, no me la creía, fue así que lo que pudo ser maravilloso se transformó en cantera inagotable de traumas y vicios.

De esta manera se explica la existencia de un ser incapaz de sentir, amar, o expresar cualquier indicio de afecto, escondido tras la máscara del eterno inmaduro que pega en lugar de abrasar.


PD: No es cierto, bueno, no todo... México sí la armó en Francia

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