lunes, 6 de enero de 2014

Estúpidos Santos Reyes Magos

En estos días de hueva y decadencia navideña reviví mi fanatismo hacia las Adolescentes Mutantes Tortugas Ninja, gracias a las largas sesiones de rascamiento testicular frente a la televisión, sintonizada indistintamente en los canales 5 y Nickelodeon, lo que me sirvió para olvidarme de lo miserable que me hacen sentir estos días en los que todo el mundo está feliz creyendo que tienen méritos suficientes para seguir viviendo.

Pese a que en la nueva versión de mi caricatura favorita de la infancia les cambiaron el nombre a los personajes y en vez de ser Leonardo, Donatello, Rafael y Migue Ángel, ahora son Leo, Donnie, Raph y Mikey (porque nos vale madre el arte renacentista), revivió en mí la necesidad de poseer las figuras de acción, también llamados "monitos", para jugar a los chingadazos en la alfombra de mi sala, y por ello me lancé a buscarlos a la juguetería más cercana.

Amarga decepción me llevé al descubrir que en todas las tiendas, hasta en la que anuncia Mamá Lucha y los tianguis más piojos, estaban agotadas las figuras de las Tortugas Ninja por culpa de los malditos Reyes Magos, que se apañaron todos los juguetes buenos y en los estantes dejaron puros Max Steel, que son para niños con tendencias homosexuales.

Hace 20 años esos estúpidos me privaron de tener a las cuatro al traerme pura ropa bien culera y ahora, que ya tengo dinero para comprármelas, me la aplicaron otra vez. Y luego que no se encabronen porque digo que no existen.

¡Chá!

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