lunes, 26 de marzo de 2012

Me recaaargo de energía

Los sitios arqueológicos de este país, que son muchos, se convierten en lugares de perversión y lujuria durante la llegada de la primavera, cuando la creencia popular dicta que las pirámides sirven de imán gigante de energías del solares, mismas que son recibidas por la gente que acude a los centros ceremoniales vestida de blanco para atraerlas y cargarse de buenas vibras para el resto del año.

Ese ejercicio se repite ya como una tradición que fomenta el turismo, tanto nacional como internacional, generando miles de empleos en el país y fomentando el cuidado a las reliquias prehispánicas aún existentes en México. Sin embargo, ahí donde todos ven espiritualidad, yo sólo veo nalgas.

Las de las gringas, las de las europeas, las de las norteñas y hasta las de las chilangas, todas se ven bien con pantalón blanco, cuyas propiedades lumínicas hacen que la superficie resalte y se agrande por un efecto óptico redondeador. Además, las telas claras tienden a transparentarse con la humedad, permitiendo ver unos tangones loquísimos debajo de ellas, que complacen hasta la pupila más exigente.

Los antiguos pobladores de Mesoamérica podrán haber sido unos malditos salvajes que no pasaron de ser simples cazadores y recolectores, pero en cuanto a nalgas y astronomía, ellos sabían lo que hacían.

¡Chá!

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