lunes, 14 de junio de 2010

Haciéndola de pedo

Hablando del mundial, que no me ha dejado ni dormir y mucho menos escribir, por encima del futbol, de los partidos, los goles y todo lo demás, lo que ha causado revuelo es que haya ido el presidente Calderón a hacerse güey.

Sin entrar en la discusión babosa sobre si se fue con dinero público o no, lo que me llama la atención es ver cómo mucha gente se clava en el hecho de que esté fuera del país justo cuando hay muchos temas pendientes como la desaparición de Diego Fernández de Cevallos, o el incendio de la Guardería ABC, el SME, la guerra contra el narco, Greg Sánchez y todo eso que ocupa las páginas de los diarios.

La verdad es que la presencia del presidente en muchas de esas cosas vale absolutamente una madre. Digo, Felipe Calderón no es bombero ni perito para ir a averiguar quién quemó a los 49 niños en Sonora; tampoco policía para irse a agarrar a balazos con unos nacos… perdón, narcos; mucho menos va a ir a buscar al jefe Diego personalmente o agarrar a madrazos a la mamá de Paulette.

Durante los cuatro años que ha estado en el poder ha demostrado que su presencia en los Pinos es intrascendente. Los criminales no dijeron “aprovechemos que no está el preciso para fusilar a 19 adictos en Chihuahua”… ¡no! Al contrario, los únicos que han aprovechado su viaje son una bola de políticos hueseros que buscan cualquier excusa para hacerla de pedo, además de la bola de borregos que se dicen ‘opinión pública’ que les siguen el cuento.

Señor Calderón, diviértase en Sudáfrica, le doy permiso, de todos modos no va a cambiar el concepto de pendejo en el que lo tengo.

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