martes, 4 de diciembre de 2007

Procuro olvidarte

Hace muchos años en un salón de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, un maestro idiota que se llamaba Raúl Tacano nos contaba a los presentes que en 1980 iba en su coche cuando en el radio escuchó que John Lennon había muerto, entonces él tuvo que detener el vehículo, orillarse, y bajarse a asimilar el madrazo.

Por lo que a mí respecta, siempre tuve miedo de que me llegara el momento de sufrir la muerte de un ídolo generacional. No había nacido cuando murió Lennon, era muy joven cuando el SIDA nos arrancó a Mercury y una escopeta se llevó a Cobain, por lo que ese dolor no lo sentí. Pensé que sufriría sólo hasta cuando McCartney decida irse dentro de unos años (espero muchos), cuando le llegue el momento a Roberto Gómez Bolaños, Chabelo, René Franco o Rubén Albarrán, gente que de una u otra forma han influido en el estúpido que ahora soy.

No fue sino hasta la noche de anoche que viendo el programa del Coque Muñíz me enteré de la muerte de Sergio Gómez, vocalista de K-Paz de la sierra, que sentí algo así. Durante ese día se especuló mucho con un posible secuestro, información que llevó a la cancelación de su gira y la presentación de su nuevo disco y culminó con la aparición de su cadaver. La confirmación de su muerte se dio como a las seis de la tarde, yo me enteré a las 10.

Nunca pensé que me fuera a pegar, apagué la tele y me quedé unos minutos a oscuras y en silencio, recordando una vez hace como un año y medio o dos años que no tenía nada que hacer (raro) y me fui en la noche a un campo deportivo de por acá (Tlahuac) a ver un baile nomás pa' echar desmadre. Tocó K-Paz y yo fui feliz... muy feliz al descubrir la comunión existente en esos eventos; la gente va y baila mientras el grupo toca, impensable en una tocada de rock, por ejemplo. Desde ese entonces me late oir a K-Paz y todo lo que se le parezca, oigo sus canciones, hasta tengo un disco de ellos (Más K-Paces que nunca) y lo peor, hasta le bailo con K-Paz.

Después de ese silencio, no me quedó de otra más que rendir tributo poniendo en mi iPod a K-Paz y ahí descubrí que tengo un montón de rolas y casi todas me prenden grueso... machín. Y en verdad le tengo un cariño muy especial, porque justo el año pasado cuando pensé que este mundo ya no valía la pena a causa de la invasión del naquísimo reggaetón, llegó una nueva ola musical al gusto popular más identificada con las raices del mexicano, entonces un nuevo himno con el nombre de "Mi credo" nació. Una rola que todos, todos, absolutamente todos, hasta el mismo 'preciso' en Los Pinos han cantado y bailado, eso es seguro.

Desgraciadamente ahora lo que viene es que K-Paz se va a oir en todos lados a raíz de la muerte de su vocalista, que todos se van a querer colgar de él como lo hicieron con Valentín Elizalde, que ahora sí ya todos eran fans, que su nuevo disco "K-Paz de todo por ti" va a ser el más vendido en las tiendas y con los piratas en el metro. A todos ellos ¡Chinguen a su madre!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pobre imbécil... comparar el putazo que significó la muerte de lennon, con la del nahual ese de la sierra... amariconista tenías que ser, pinche indio

Anónimo dijo...

Estás pero si bien bien pendejo. Como comparas las pinches rolas de mierda del Paz con Lennon. Y para que sepas, yo ni sé de quien chingados hablas, pero por lo que cuentas es pura macuarrada. De esos pinches gurpos hay un chingo, te vas a morir de tristeza conforme vayan muriendo. Pend...