lunes, 30 de octubre de 2006

2 de octubre hoy

El 2 de octubre de 1968, las fuerzas públicas entraron a la plaza de las tres culturas a agandallar una mitin estudiantil, no sólo les partieron su madre a los manifestantes, prácticamente llegaron a matar a cuanto cabrón se encontrara ahí, hubo perseguidos y presos políticos durante muchos años, cosa que hoy, a casi cuatro décadas de distancia, no se sabe qué tanto más pasó con exactitud.

Ese evento se recuerda hoy en parte por el nacimiento del llamado “síndrome del ‘68”, el cual consiste en que a partir de esa gandalléz, las fuerzas al servicio del Estado serán los malos, los culeros, los represores, ojetes, cuyo único rol en los conflictos que tengan que ver con movimientos “sociales” es la de llegar a madrear gente, lo que convierte a los madreados automáticamente en víctimas inocentes.

Por ejemplo, supongamos que una bola de güeyes se vuelve loca y cierra una calle a punta de machete, grafitean paredes, secuestran comercios, incendian autos, amagan personas, todo en nombre de una supuesta “causa social”. El papel de la policía es obviamente la de poner en su lugar a esos gandules que con su actitud han agotado todas las posibles vías de diálogo.

Es aquí donde se presenta ese síndrome; el hecho de que entre la fuerza pública a aplicar la ley, ese simple acto de lógica, va a ser visto y usado por los revoltosos, quienes están dañando derechos de terceros al bloquear esa calle, como un acto de represión injustificada, ya que según ellos “pelean por una causa justa”.

Ya lo dice el dicho: crea fama y échate a dormir. Por esa pasadez de lanza de hace cuarenta años, los gobiernos dudan al momento de hacer su trabajo. ¡Gracias Díaz Ordaz!

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