miércoles, 3 de octubre de 2012

No se olvida, nomás se malinterpreta

Para estar a tono con la fecha, no me bañé (puros pretextos), no me rasuré (pa’ los dos pinches pelos que me salen), me puse mi playera del Ché Guevara (marca Furor, o-ve-o goei), los tenis rotos y me solté la mata (yo sí tengo porque soy bien rocker), para darme un rol por Ciudad Universitaria, que fue mi terruño por los años que intenté estudiar carreras que no terminé, para hacerme presente en la conmemoración de un año más de la matanza de Tlatelolco... y comprar algo de mota.

Concentración en Las Islas (¡sí!), mitin frente a rectoría (¡agüebo!), toma de instalaciones (¡chingón!). Y ahí iba yo presumiendo mi decadencia junto a varios güeyes de mi edad, lo que quiere decir que ni estudiantes eran y que muy probablemente, a diferencia de mí, nada tenían que ver con la universidad.

En esa, una de las varias manifestaciones que se dieron por toda la ciudad para recordar el evento histórico que legitimó todos los movimientos sociales, por más absurdos que éstos sean gracias a la estupidez de un estado represor, se tomó la decisión de apoyar hoy al movimiento #YoSoy132 en la clausura simbólica de Televisa, en repudio a la imposición del viejo gobierno que reprimió a los estudiantes hace casi medio siglo.

¿Qué eso no era hoy?, me pregunté ayer a mimísmo, y mimísmo, que es muy sabio cuando anda bien pinche pacheco, me contestó que no, porque el 2 de octubre no es una sólo una fecha en el calendario, sino una excusa atemporal para hacerla de pedo por lo que sea, aunque sean sindicatos pidiendo privilegios eternos, que no están manchados con la sangre de los jóvenes sesenteros.

¡Ayayay!

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