domingo, 8 de julio de 2012

Bienvenidos al Mirrreynato

Los pejistas van por ahí impugnando elecciones, denunciando compra de votos, maiceos e irregularidades, escudados en una superioridad moral que sólo existe en su cabeza, en donde radica la idea que aquellos que votaron por Andrés Manuel López Obrador son automáticamente personas inteligentes, conscientes de la necesidad de un cambio, valientes y honestas, mientras que aquellos que lo hicieron por otros candidatos, especialmente por Enrique Peña Nieto, fue porque desean un México corrupto, fue porque son poco menos que estúpidos e inconscientes, conformistas y agachones, a quienes pudieron manipular a cambio de una despensa, una playera o un pepsilindro (jajaja).

Es un hecho casi irrefutable que el PRI repartió tarjetas de despensa a cambio de votos el domingo pasado, pero ¿qué le hace pensar al tabasqueño que esos votos que se compraron iban a ser para él? Yo, por ejemplo, tengo que confesar que voté por L(i)ópez sólo porque una nalguita prometió que me las daría si sufragaba a favor del PRD, lo cual hice y disfruté como el marrano que soy (con un orgasmo de media hora).

Es decir, que hubo cosas turbias en todos los bandos y que no todos los que votaron por AMLO lo hicieron conscientemente, así como ha de haber gente pensante que tachó el logo tricolor.

¡Chá!

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