domingo, 19 de julio de 2009

Aguanta Michoacán

Hace un par de semanas Michoacán se convirtió en el centro de la opinión pública debido al incremento de la violencia asociada al crimen organizado, protagonizada por grupo delictivo que se hace llamar “La Familia”, quienes desde la captura de su líder Arnoldo Rueda Medina, alias “la Minsa”, desviaron su atención y sus balazos hacia la Policía Federal y el Ejército Mexicano, dejando a un lado la guerra que mantienen con “los Zetas”, brazo armado del Cártel del Golfo, por el control de la entidad.

Desde entonces no se habla de otra cosa más que de los constantes ataques a cuarteles policiacos, uniformados ejecutados o levantados o abaratados, enfrentamientos en zonas rurales, la llegada de más elementos para reforzar el operativo conjunto, el ascenso de Servando Gómez, alias "La Tuta", como presunto nuevo líder, la acostumbrada raja política de una bola de culeros y un largo etcétera.

Ante tal situación, la Secretaría de Turismo y el Gobierno del Estado de Michoacán me pidió que de favor les hiciera el paro para borrar esa mala imagen que tienen, incluso Leonel Godoy me llamó personalmente a mi celular y me dijo “oye carnal, haznos un paro mira que esto está de la chingada, tú que eres un semidiós y la banda te sigue un chingo”, y ante tal ruego pus’ no tuve de otra.

En fin, Michoacán, muy lejos de ser la capital nacional de los narcochingadazos, es un estado que se caracteriza por tener un nivel bastante arribitivo en cuanto a mujeres se refiere. Durante la intervención francesa de 1861, el gobierno michoacano se manifestó en contra de la invasión y declaró que no reconocería ningún acto que emanara del poder invasor, el cuál a través de las armas, avanzaba en el país. El día 30 de noviembre de 1863, fue tomada la ciudad de Morelia y ahí los méndigos franchutes establecieron uno de sus bastiones durante la época del impero.

De tal manera que las michoacanas, o una gran cantidad de ellas, son descendientes de los franceses que llegaron y se cogieron a las purépechas de ese entonces, resultando así una de las variedades de marmota mexicana más atractivas: la marmotus michoacanus, sólo comparada con la marmotus tapatius de Jalisco; de ojos claros, piel blanca, notablemente más altas y muy marmoteables.

Otra de las bondades del estado de Michoacán es que vine siendo, lo que se dice algo así como la capital mundial del agua fresca, de la paleta helada de frutas y del helado… o cómo se explica que haya tantas paleterías en el país que se llamen “La Michoacana”, aparte claro de la famosa Paletería la Michoacana, cuya agua de frutas y la de piña colada… bueno, también la de nuez y la de horchata… bueno todas, todas están muy ganadoras.

Por si fuera poco, también son creadores de las Carnitas Estilo Michoacán, las cuales se fríen con grasa del mismo puerco para que conserven su color, se les agregan cáscaras de naranja y una piedrita de “tequesquite” en un cazo de cobre o de barro y ¡uuuuuts! ¡No mames!

Además, en Paracho, Michoacán, se hacen las famosísimas Guitarras de Paracho, que son poco menos que la reata en cuestiones guitarriles; se fabrican desde el siglo XVI como artesanías, su sonido es muy particular, o sea, no es cualquier lira pedorra de trovador de pesero ¡nel! Si los instrumentos musicales fueran el cuerpo humano, las guitarras de Paracho serían el mismísimo chile.

En resumen, con un poco de imaginación se puede armar la chida en Michoacán. Chingar a su madre los narcos y sus desmadres; unas viejas, acá tragando unos tacos de carnitas acompañados por su agua de nalga, escuchando unos boleros de pocamadre… ¡agüebo! Qué más le piden a la vida.

¡Vamos a Michoacán!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Chale, lo peor es que sí averiguas para escribir tanta pendejada.