miércoles, 4 de junio de 2014

Una patada en los huevos

La jaula de oro es, antes que nada, una obra maestra de Los Tigres del Norte que, al igual que la película que está en cartelera, habla del fenómeno migrante hacia Estados Unidos. La canción trata sobre un trabajador mexicano que está ganando muy bien del otro lado pero no puede hacer nada ni salir a la calle libremente por miedo a que lo vayan a agarrar y deportar, además de que entre tanto gringo como que no se haya, pero para llegar allá, a su “jaula de oro”, tuvo que pasar por un desmadre, que es precisamente de lo que trata la cinta laureada en Cannes y Morelia, además del Festival Internacional de Cine de Tlalnepantla, Estado de México.

Fue hasta que se llevó todos los premios en la pasada entrega del Ariel, apenas hace unos días, que decidieron estrenarla en los cines del país, a pesar de que en YouTube está desde hace varios meses y sin pagar un varo por verla en calidad muy aceptable. La jaula de oro ha generado tan buenos comentarios entre los mamones que se dedican a reseñar cine porque trasgrede todo aquello que se podría considerar “comercial” para vender una historia de migrantes en su camino al sueño americano. De entrada utiliza niños que no son actores y mucho menos famosos, que la hacen de centroamericanos y que uno de ellos ni español habla, no son personajes buenos luchando contra los polleros, policías y narcos malos, no presumen esa inocencia que fácilmente podría sacar un par de lágrimas, sino que los pinta como son: unos jodidos que no tienen otra cosa que hacer para no morir que viajar miles de kilómetros a un lugar que ni siquiera saben cómo es, además del hecho de que uno de ellos es un pinche morro ojete.

La película es una patada en los huevos, está hecha para que el que la está viendo sufra y se revuelque en su butaca porque el mundo y México así es de culero con los que viven aquí y más con los que vienen de afuera, que tampoco son unos angelitos. Y al final, luego de que ya sufrieron, sobrevivieron a machetazos, trenes, narcos y demás fauna mexicana, terminan en una jaula, que ya ni siquiera es de oro como la pintaban Los Tigres del Norte.

No hay comentarios.: