lunes, 7 de julio de 2008

Una entrada muy ganadora

A aquellos puristas asquerosos les informo que el lenguaje es algo vivo, que se transforma constantemente con el uso cotidiano. En mi contribución diaria a las letras hispanas les traigo un par de cosas muy ganadoras.

La primera, como ya lo hice notar, es la expresión "ganadora", que viene siendo un recurso a utilizar en forma de adjetivo, uno que califica algo que está más allá de lo bueno, que es notable, excelente o simplemente GANADOR.

Ejemplo. Cuando la pizza va más allá de lo ordinario (ojo, todas las pizzas del mundo saben chidas por muy pinches que estén) se dice que está ganadora, es decir, sabe pocamadre.

Una morra está ganadora cuando alcanza el nivel de marmota (vease Marmota) (¡puta! ya cuando haces referencias a ti mismo es que ya estás cabrón), es decir, está muy pero muy buena... está ganadora.

La segunda contribución al mundo de las letras es la introducción de las variables lingüísticas, las cuales ya existían pero nadie las había definido. Una variable lingüística es aquella palabra que, al igual que las matemáticas, su valor/significado es X, es decir, puede ser o significar cualquier cosa. El ejemplo más conocido es el de "madre"

La palabra "madre" puede significar cualquier cosa, buena o mala. Ejemplo: No doy dos varos por esa madre. La fiesta estuvo pocamadre.

En este misma dinámica se inserta la "nalga", un poco menos popular que la primera referencia, pero igual de efectiva. Ejemplo: Pásame esa nalga, no encuentro la nalga, pus' la pinche nalga esa.

A diferencia de "madre", el uso de "nalga" está condicionado a referentes, o sea, se inserta en una conversación en la cual ambos interlocutores están en común acuerdo sobre qué se está hablando. En una plática sobre cambiarle a la tele, "nalga" vendría siendo el control remoto; en una sobre el tiempo, "nalga" se interpreta como el reloj: Ya viste qué hora marca la nalga esta.

Es así que la lengua española ha ganado dos nuevas joyas literarias que quedarán para la posteridad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Está chido la nalga esta, un ejemplo más de la diversidad de expresiones lingüísticas está en "Tachas", de Efrén Hernández.