miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿Dónde estás?

En la pared de la cabecera de mi cama hay un póster enmarcado con resina que compré hace años en la tienda de Deportes Martínez, en el cual aparecen en forma de cómic y con pose de batalla Místico, Dos Caras Jr, Lizmark Jr, Doctor Wagner Jr, Hijo del Perro Aguayo, Atlantis, Último Guerrero y Héctor Garza, con la leyenda "Lucha Libre" y con el escudo del CMLL, cuyas estrellas, caricaturizadas en la imagen, pusieron de moda nuevamente el deporte de los costalazos hace poco más de un lustro y ahora la gran mayoría conforman una alineación de alarido en Triple A, a excepción de un par que siguen en la Arena México, otro que en paz descanse y uno más que se pasó de pozoles y lucha como independiente. La caravana de la tres veces estelar tiene ahora en sus filas a las figuras que con su simple presencia llenan cualquier lugar en el que se presenten y sólo les falta una más para completar la alineación que hizo renacer al Consejo.

En el techo sobre mi cama, sin enmarcar y sostenida apenas con unas grapas y algo de cinta adhesiva que el tiempo ha corroído, está otro póster que no compré en ninguna tienda sino que arranqué de las páginas centrales de una publicación de lucha libre que ya ni existe, cuya fotografía plasma otra de las razones por las cuales miles de aficionados atiborraban las butacas de las arenas México y Coliseo semana con semana, con la simple esperanza de verla pasar, quedarse con algo de esa sonrisa, grabar en la mente el movimiento de sus caderas y permanecer impregnado de su aroma, sin importar quién estuviera sangrando arriba del cuadrilátero de batalla.

Skarlet Linabys García García se llama aquella diosa del ring que me despide por las noches y me da los buenos días con la misma pose que, a pesar del paso de los años, no aburre en lo más mínimo y sólo provoca sueños de grandeza y delirios de triunfo. Linabys, como era conocida por quienes comprábamos boletos al lado de la pasarela de entrada al ring y por todos los fanáticos que los sábados esperaban el llamado de cada una de las caídas en sus pantallas, obligaba que la narración del doctor Morales describiera su contoneo y alabara la perfecta armonía de sus grandes ojos y mayor sonrisa de la cubana de voluptuosas formas que llegaron a distraer a los guerreros y provocaron derrotas de aquellos que se abstrajeron de la batalla para contemplarla al regresar a los vestidores con el cartelón de la tercera sobre su rubia y larga cabellera.

Brilló con luz propia al lado de aquellos que buscaron fortuna en Estados Unidos y hoy regresan a la patria luchística cobijados por las porras y las mentadas del respetable, además de los dueños de un legado que traspasa cualquier empresa, por lo que su lugar está con ellos en la caravana, embelleciendo las funciones con el meneo de su cintura al ritmo de la música con la que entran los luchadores a partírsela, con el consuelo de que ella estará ahí para que el dolor de las caídas y golpes se sienta menos.

Sin embargo, y a pesar de la horda de fans que hay en internet, quienes tienen atiborrado YouTube con videos en los que aparece la cubana Linabys moviendo con maestría eso que amerita un jalón de patillas y un coscorrón de esposa celosa, ya no está más en las filas del CMLL y tiene rato que no se le ve por ninguna arena presumiendo el ombligo coqueto que debería ser nombrado por el régimen cubano patrimonio cultural de la isla, porque edecanes bellas hay muchas, pero que además se muevan así, tengan esa sonrisa, sean simpáticas y no se den su taco cuando uno desde abajo de la pasarela las ve con un hilo de baba escurriendo en la camisa, sólo ella. ¡Te extraño!

1 comentario:

Unknown dijo...

oye mario si m quiero casar con una cubana cres q haya pex!? Ya sabs ir po ella a la isla?