martes, 8 de abril de 2014

Empezó la locura

Ni las bolsitas de resistol, los chicles con cocaína, las chelas en bolsita o los panquecitos de mota fueron tan adictivos entre los niños y jóvenes estudiantes como lo será una nueva droga que a partir de ayer lunes comenzó a distribuirse por todo el mundo, la cual generará una gran derrama económica y una fuerte dependencia entre todos los pobres que resulten enganchados y que difícilmente se podrán zafar del nuevo mal: el futbol.

Fue este fin de semana que se distribuyó el álbum de estampitas del Mundial Brasil 2014 y en todos los puestos de revistas hay miles de millones de sobrecitos con cinco adhesivos cada uno, que por la módica cantidad de seis varos pueden pasar a formar parte de una colección que sale cada cuatro años, de la cual una multitud ansiosa esperará juntar los más de 600 rostros, hologramas, estadios y figuras, aunque eso cueste miles de pesos e ir a buscar jugadores en el mercado negro de los stickers.

El nivel de aprovechamiento en las escuelas comenzará a bajar, los niños no estarán más enfocados en las clases, sino en cambiar con sus compañeros las calcomanías repetidas, en salir a comprar más con el dinero que se supone es para la comida del recreo. Así será durante los próximos tres o cuatro meses, las banquetas ya comienzan a inundarse con chamacos haciendo truque y contando espacios vacíos. Aunque habrá uno que otro ruco, entre los que me incluyo yo, que despilfarrará más de una quincena en la pasión mundialista.

¡Chá!

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