La noche era nocturna (redoble de batería), la aguja del velocímetro cargada hasta el extremo derecho de mi tablero indicaba que tal vez iba yo un poquito rápido. El ardor de mis ojos rojos a medio cerrar evidenciaba mi cansancio, puede ser que sólo se tratara de las luces deslumbrando en sentido contrario.
De repente, un bulto tirado junto al muro de contención ahuyentó mi desconcentración con su forma humanoide, de cara desfigurada, brazos cercenados y una pierna flexionada en el pavimento mojado por la primera llovizna de la temporada de primavera, misma que al dar el volantazo por la impresión de ver a una probable víctima del crimen organizado tirado en el Periférico a la entrada de la carretera México – Querétaro, hizo a mi poderoso vehículo derrapar en la curva. De no ser porque he visto 16 veces Rápido y Furioso 3, me hubiese volcado.
Las luces intermitentes parpadeaban tras de mí al ir a pie en busca de reconocer si se trataba de un ejecutado tirado de madrugada en los límites de Tlanepantla con la nada. Al arribar a la escena del crimen, una sonora mentada de madre salió de mi garganta en contra del responsable de tal crimen.
¡Era una piñata de Los Increíbles! ¡Casi me volteo y me cago del pinche susto por una piñata de una película de Disney! ¡Qué poca madre!
miércoles, 9 de marzo de 2011
Un ejecutado muy piñata
Posteado por Mario Manterola a las 8:02 p.m.
Etiquetas: DiarioBasta, L'otrodía
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Lovely blog post. I understand you were nervous and you worried which is, in my opinion, something normal.
I'm glad you had a wonderful time, I wish that someday I could spend a nice day with you guys since you all are very talented writers and I love reading
Publicar un comentario