¿Cogemos?
Tan fácil que es llegar y decir “¿cogemos?”. Así se quita uno de tanta chingadera, te evitas la pena de la primera cita, de todo el show de salir, de no saber dónde ir, qué decir, de intentar hacerte el gracioso o el interesante, de ser tú mismo, de malas películas, de pésimos lugares y horribles personas.
La pregunta es directa, sin rodeos y va al punto. Además tarde o temprano se tiene que hacer, es mejor que sea pronto para saltar un engorroso proceso que no sirve para nada.
Lo más positivo de todo es que sólo hay dos posibles respuestas: sí o no… desde un “ah claro cómo no ¡presta!”, hasta un “vas y chingas a tu madre qué te has creído que soy”. Es como decía el maestro Polo Polo: “En este mundo hay que pedírselas a todas, porque la que no te las da, por lo menos te lo agradece”, y yo agregaría que de 100 o mil, una te va a decir que sí, entonces no hay pierde.
Ahora que la siguiente pregunta sería “¿mamas?”
Se las dejo de tarea
sábado, 1 de agosto de 2009
La pregunta del día de hoy es...
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1 comentario:
Más que "¿mamas?", te recomendaría "¿me la mamas?", pues se entiende como una humilde solicitud amistosa y no como espontánea curiosidad pasajera... Además, a la primer pregunta te pueden responder con un gesto afirmativo, e inmediatamente estás en aprietos para resolver cómo puedes hacer que precisamente seas tú el objeto de la aptitud. En cambio, en el segundo caso queda claro que sabrás 1) si está en sus prácticas comunes y 2) si puede hacerte el amable favor de aplicarte lo dicho. Y no vayas a abandonar el tono de pregunta, indica humildad, esperanza y ¡necesidad!
Sigo disfrutando tus irreverencias.
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