Caster Semenya es una atleta sudafricana de 18 años que corre 800 metros planos en 1.55,45 minutos, que se quedó a un segundo del récord del mundo en posesión Jarmila Kratochvilova, que es campeona mundial de la especialidad, que hace un año nadie la conocía y que si te le pones al brinco seguro te madrea porque es un bato.
Si tiene pelos en la cara, músculos de machín, cara de Giovanni Dos Santos y manos de trailero es lo de menos, lo realmente importante es saber si tiene próstata la cosa esa. A primera vista no se le ve, pero quién sabe y no creo que ningún doctor se atreva a verificar bajo el riesgo de ser brutalmente abaratado por un cabrón negro malhumorado. O sea, yo me l@ topo en la calle de noche y me tiro de nalgas al piso.
Ya se están haciendo las pruebas y lo más ojete del caso es que a la (en el supuesto de que sea “la”) pobre es famosa no por su logro deportivo, sino porque todo mundo piensa que se hizo la jarocha para ganar la medalla de oro.
La verdad es que sí es una situación un tanto racista, porque el hecho de tener la piel negra la hace blanco (sic) fácil de las críticas. Para muestra de lo anterior basta con recordar a la poseedora de la marca mundial, la antes citada Jarmila Kratochvilova, que si no era un hombre por lo menos se puteaba a unos cuantos ella sola y jamás le pidieron que enseñara sus credenciales.
También está la mexicana Ana Guevara, que de no ser porque era paisana no se la hubiera acabado con las burlas sobre su nariz y sus testículos (que sí las hubo, pero leves). O Marijose Alcalá, que era la versión en traje de baño de Cuauhtémoc Blanco. Es decir, no se pasen de verga con el negro… ¡perdón! La negra.
Además se llama SEMENya, ¿así cómo?
jueves, 20 de agosto de 2009
Semen Ya!
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