Nuevamente desde el piso de un centro comunitario perdido en la frontera entre México y Guatemala, una multitud de hippies instala su campamento para pasar la noche y recuperar energías para continuar idolatrando a Javier Sicilia en su Caravana por la Paz hacia la luna… o algo así.
Uno pensaría que, siguiendo las tradiciones ancestrales, se acosarían en un tapetito y ya se dormirían, pero no; los güeyes sacan unas laptops de pocamadre para descargar y editar sus videos grabados en alta definición, meter sus fotografías tomadas por unos camarones más chidos que los de los mismos fotógrafos de los medios encargados de la cobertura del evento.
Y ahí están todos, haciendo activismo político con tecnología de punta y condenando las políticas gubernamentales en materia migratoria, ofendiéndose porque los pobrecitos hondureños mueren en las vías del tren o se vuelven maras asesinos, indignándose hasta los huesos porque los tratan como a ciudadanos de segunda. ¡Pues que se los lleven a su casa! ¡Que los tengan ahí en Coyoacán, pidiendo limosna afuera de sus casas! ¡A ver si sísierto!
Yo, por lo pronto, opté por irme a un hotel a bañarme después de cuatro días de no hacerlo, quemar mi ropa y hervirme las patas, que ya les están creciendo unas ramas con todo y pajaritos.
¡Seguimos reportando!
lunes, 19 de septiembre de 2011
Asepsia, día ocho
Posteado por Mario Manterola a las 10:03 p.m.
Etiquetas: DiarioBasta, L'otrodía, Nacos, Periodismo
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