¿Sabes quiénes me cagan?

Los nacos, los pobres, los putos, los culeros, los nazis, los envidiosos, los guapos, los feos, los perredistas, los chalanes de chofer de micro, los que venden discos en el metro, los fresas, los guerrilleros, los comunistas, los elevadoristas, los mamones, los flojos, los zurdos, los que toman agua simple, los que piden sus tacos sin verdura y con una sola tortilla, los arribistas, los saboteadores, los fotocopiadores, los meseros, los que estornudan, los sidosos, los niños, los platicadores, las que dicen que dicen que sí y luego que no, los bebés, los que usan lentes, los tartamudos, los gangosos, los hondureños, los de la Revista Quo, los relojeros, los fayuqueros, los gasolineros, las que no dicen abiertamente cuando quieren que uno se las coja, los taxistas, los que se llaman “Pablo”, los hijos únicos, los que odian a los Simpsons, los que no ven Friends, los creativos, los que no dicen groserías, los que ven telenovelas, los miedosos, los que no creen en Dios, las que no usan falda, los que usan falda, las penosas, los que escriben güey con “w”, los que siguen a López Obrador, los que creen en Madrazo, los mamados, los buena onda, los borrachos, los que bailan, los del IFE, los paparazzi, los metaleros, los gruperos, los emos, los ex convictos, los ex presidentes, los del CGH, los marihuanos, los que no le cambian el fondo a su computadora, los que le ponen funda al celular, Nicolás Alvarado, los que dicen “shalalá”, las que no aflojan, los que no leen este blog y sobre todo… yo mismo.