A las 2:30 de la madrugada la vida es distinta, más aún en el Mugatu Club en donde por azares del destino terminé de DJ. 2 mil almas alcoholozadas bailando al ritmo house entre el bochorno de cuerpos europeos sexys sudados uno al lado del otro, sin inhibiciones, sin moral, sin ropa en algunos casos que ha sedido al deseo y la pasión que provoca la música.
En eso, en el climax de la noche, en el que soy el rey absoluto del mundo, el hombre más deseable en la faz de la tierra gracias al poder y dominio que tienen mis manos sobre las tornamesas, que provocan que las chicas bailen al rededor de mi topless deseando que las posea fantásticamente, es ahí donde con un movimiento de mi dedo dejo correr la voz del Coque Muñiz.
Inmediatamente todo se congela, el planeta deja de bailar para unirse en un coro monumental al compás de "La otra parte de ti, la mitad de tu amor, tu complemento soy, la mitad de tu ser, a quien debes tener, tarde o temprano".
Un himno de paz, alegría y esperanza nace en una decadente ciudad de los paises bajos, conmigo en el centro de esa revolución de amor que desemboca la mañana siguiente en que amanezca con el pene entablillado y un monton de féminas que desde ese momento están en lista de espera para un transplante de vagina.
Viva el amor y viva el Coque Muñiz
domingo, 5 de agosto de 2007
Bitácora de un naco en Rotterdam
Posteado por Mario Manterola a las 6:40 p.m.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario