viernes, 27 de julio de 2007

El Chino

El Departamento de Justicia de Estado Unidos anunció que el empresario Zhenli Ye Gon fue encauzado por un gran jurado federal bajo la acusación de tráfico de drogas. En otras palabras, los gabachos agarraron al chino porque es un delincuente, y cabe resaltar esa última palabra D-E-L-I-N-C-U-E-N-T-E porque es ahí donde se evidencía la estupidez de un cierto sector de la opinión pública mexicana y de la política misma.

Cuando se difundió una entrevista de Ye Gon con la agencia de noticias AP en la que el empresario aseguraba que el dinero encontrado meses atrás en su casa de las lomas (205 millones de dólares, hay dias que no me los gano... pero sí me los gasto) era dinero del PAN para la campaña presidencial de 2006 en la que ganó Felipe Calderón, se desató uno de los más grandes escándalos políticos de la historia del país, que hacía palidecer a las estupideces del "Nico gate", el "Toalla gate" y hasta el mismo "Comes y te vas gate".

Todo el mundo hizo lo que no logro provocar los berrinches de López Obrador; poner en duda la legitimidad del la actual administración federal, y es que cómo no, el caso tenía todo lo necesario para colapsar al país: mucha lana, drogas, operativos policiacos, corrupción y hasta una frase que quedará marcada con letras de oro en la historia de México; "Copelas o cuellos".

Pero lo que se le olvidaba a la gente es que el chino era un prófugo de la justicia, que tenía que ver con el narcotráfico ya que todo se originó por un cargamento de pseudoefedrina chueco que entró al país y que todo aquel delincuente que cae siempre se declarará o inocente o víctima de lagún complot, injusticia o de la sociedad.

Ignorando este principio básico de psicología criminal, le creyeron al chino todo lo que salía de su boca como si fuera palabra de Dios o algo parecido, pero todo acabó cuando llegó el día de la conferencia de prensa donde se iban a dar a conocer las evidencias de que el dinero tenía procedencia política y dirigido a golpear a la "izquierda" mexicana, ese día salieron sus abogados para decir que siempre no, que no había ni videos, ni fotos o documentos que probaran una relación entre el chino y el actual secretario del trabajo, quien al final de cuentas fue el colado ya que el nombrado Javier Alarcón por el chino no era el funcionario Javier Lozano Alarcón, así que quien sabe.

En ridiculo quedaron todos aquellos que le creyeron al chino, mismos que se tragaron lo de Zongolica y se seguiran tragando toda aquella información que sobrepase su objetividad periodística.

¡Salúd!

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