Calificación: Muy fregona
En México no tenemos un Capitán América (o Capitán México en todo caso) que defienda los intereses nacionales de los enemigos de la patria, nadie se viste en mallitas tricolores para defendernos, no hay Superman u hombres araña que luchen contra el crímen en las ciudades de acá.
Nuestros héroes a lo mucho usan máscara y pelean contra momias de Guanajuato y mujeres vampiro, son medios ñeros y nadie los conoce ni los pela.
Los héroes de nuestro pueblo no están impresos en viñetas ni hablan mediante globitos, nuestros héroes son reales, los vemos en el periódico, sangran, sudan, seguramente van al baño, y degraciadamente entran en decadencia para finalmente morir en el olvido.
Los héroes mexicanos pelean en otros campos, la mayoría en uno de futbol, un ring o una pista de tartán. Es el deporte lo que alimenta las ilusiones de los niños. Desgraciadamente no duran mucho, llegan a un clímax para caer en picada hacia el olvido.
Julio César Chávez es el más grande ídolo de México, un güey que representaba, aparte de la raza azteca, la actitud del mexicano; aferrado, luchón, simpático y hasta vicioso. Un cabrón al que mientrás más se los surtían más empujaba pa'lante, alguien a quien nunca se le abrió el cutis, quien no le sacaba a los putazos, de los contrincantes en un ring o de la vida misma.
Diego Luna, contrario a lo que muchos pudieran pensar, logró reflejar la escencia del Mexicano en Julio. Lo hizo desde la primera escena: está Julio sentado en un sofá diciendo que la carrera de botzeador es muy dificultoza, que botzear profesionalmente es para aquellos que no tengan otras oportunidades en la vida. Y en esa sola declaración logra plasmar la personalidad del héroe, la actitud de millones de personas que ante la dificultad sólo piensan en tirar madrazos para salir adelante.
El documental hace una analogía entre la carrera de Julio César Chávez y la vida política de México; él estuvo invicto durante los ochentas mientras méxico vivía en la "abundancia", curiosamente perdió por primera vez en enero de 1994, misma fecha de la crisis económica, y con él, México cayó en una cadena de derrotas de las cuales ninguno de los dos se pudo recuperar.
No se muetra a Chávez como un ser invencible, lo vemos caer una y otra vez, vivir del recuerdo, ser miserable, mostrando que los ídolos caen, que lo dificl es mantenerse en la cima para siempre.
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